¿Quién quiere ser funcionario público?

Alberto J. Bernal, en el diario La República, plantea que: “Es muy triste ver cómo ha evolucionado la tragedia de Andrés Felipe Arias”. Lo más curioso del caso de Arias es que el IICA es la OEA. Vale la pena preguntarse: ¿el Ministerio de Agricultura firmó 162 contratos de asesoría con el IICA en el pasado, sin previa licitación?

A su vez, Enrique Peñalosa en El Tiempo.gov.co, comenta que: “El caso de Andrés Camargo se parecería a una pesadilla. En más de 12 años, la justicia colombiana se ha ensañado para destruir la vida de un funcionario brillante y honesto”.

Lo que dice el señor Peñalosa es cierto. Durante la administración de Camargo se ejecutaron más de 1.500 contratos, se construyeron los 17 puentes que tiene Bogotá, el IDU llegó a contratar a más de 1.600 funcionarios. Durante su administración, el IDU alcanzó a contar con $ 2.6 billones más de presupuesto que el Ministerio de Transporte.

Más adelante, Peñalosa comenta: “Los graduados de las mejores universidades,  evitarán el gobierno como una infección. Simplemente, no pueden poner en riesgo su vida y la de sus familias”.

Al final de la conversación con el Dr. Andrés Camargo, le pregunté a su Sra. Monse, “¿Cómo se siente?” Ella, me mira fijamente, a mis ojos, soltando unas lágrimas furtivas: “Pienso todas las noches en mis hijos, 3, y pienso en qué sienten ellos al ver que a su papá le está pasando, todo lo que le está pasando y no tengo palabras para explicarles lo que está pasando”.

Entonces, procedí a entregarle un Rosario para que le sirviera de consuelo, así como se lo entregué al valiente joven José Jaime Uscátegui cuando se encontraba en su huelga de hambre. Y a Tania Vega cuando también, con lágrimas, me contó su drama.

Lo que más dolió, en el caso de Arias, fue que mientras el gobierno del señor Santos está empeñado en dejar libre a Iván Márquez, quien contaba con más de 190 órdenes de captura y 68 condenas antes de comenzar el proceso habanero; exhorta a Arias para que se presente ante la justicia.

Y, ni hablar del caso de AGH. Hace un año el fiscal Montealegre, quien al parecer se hizo el de la vista alegre en este caso, nos prometió un pronunciamiento. Vamos para 19 años de impunidad. Para el caso de AGH, sus ráfagas fueron en vano.

Los franceses de la revolución plantearon que la justicia para todos. La justice par tous et par toutes. Después de ver las causas objetivas de nuestra justicia colombiana, tengo mis dudas de esa afirmación. ¿Qué clase de justicia es esta?

Puntilla. Mientras tanto, el señor Santos le da premio al elefante del 8.000 nombrándolo en Unasur. Así, no se puede señor Santos. Después, de estas dos opiniones: ¿Quién quiere ser funcionario público?
@ragomezmar

Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI

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