Rectores que conocen

No me cabe duda de que los rectores de las universidades son quienes conocen las necesidades de las instituciones que regentan. Son ellos, los que se sentaron a la mesa convocada por el presidente, los que saben de las necesidades locativas, de laboratorios, de infraestructura y, sobre todo, las necesidades para su funcionamiento.

Después de marchas de profesores y estudiantes por las calles de varias ciudades, los rectores se sentaron a la mesa en el Palacio de Nariño con el presidente Duque y con varios de sus ministros, para estudiar la situación caótica en que Juanpa, el indigno fugitivo, dejó el país que por error lo eligió. La crisis venía de atrás, pero las protestas apenas se dieron ahora cuando llegó al solio de los presidentes una persona con carácter y con entereza para cumplir lo prometido. En los dos períodos anteriores, las promesas para la educación, para la agricultura y para otros sectores importantes de la vida nacional, no pasaron de ser eso, sólo promesas y mentiras.

Para el presidente Iván Duque, la educación es una prioridad como lo manifestó en la campaña y como lo ratificó ante los rectores. Convino con ellos, y estos estuvieron de acuerdo como conocedores de la situación, que las transferencias de la Nación, en este año, para el funcionamiento de las instituciones públicas de educación, crecerán el IPC más tres puntos porcentuales. Para cada uno de los tres años siguientes será del IPC más cuatro puntos porcentuales. Para la inversión se destinarán 300 mil millones anuales, es decir, 1,2 billones en sus cuatro años de gobierno. A la vez, pidió a los gobernadores, alcaldes y al Congreso impulsar en el presupuesto de regalías, la destinación de un billón de pesos para el fomento de la infraestructura universitaria.

Los estudiantes se levantaron de la mesa y los rectores, conocedores de la situación, llegaron a los acuerdos con el presidente. Los estudiantes y profesores volvieron a las calles a protestar después del arreglo. Estudiantes hasta del primer semestre que apenas conocen las aulas de su universidad y profesores que desconocen la realidad de la universidad y que algunos de ellos colaboran para el aumento del déficit ya que hay algunos que ganan hasta 41 millones de pesos mensuales, son los que protestan y se quejan de los parlamentarios y funcionarios públicos que devengan mucho, pero devengan menos que ellos.

Los mismos profesores que evalúan a sus alumnos periódicamente, no permiten someterse a unas pruebas de conocimientos y capacidad de transmisión con claridad a sus alumnos. Por algo será, como dice la canción. Estudiantes y profesores sí son buenos para crear el caos durante los gobiernos demócratas y con autoridad, pero débiles cuando se trata de gobiernos indignos y entreguistas como el anterior que dejó llegar las universidades a la situación que ahora quieren arreglar con paros y protestas.

Tema aparte. He lamentado mucho la muerte del doctor Carlos Vélez Londoño, excelente empresario y político conservador que le prestó grandes servicios a la comunidad desde sus posiciones. Que Dios lo tenga a su lado.

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