Reorientar la paz de Santos

El no contra el plebiscito de Santos podría ofrecernos la gran oportunidad para que el Congreso reorientara la paz con el fin de que la sociedad les otorgara legitimidad a los acuerdos.

El procurador general, Alejandro Ordóñez, afirmó: “el acuerdo de La Habana es un acuerdo político, que no tiene consecuencias normativas, no puede modificar la Constitución…sin acudir al Congreso para incluirlo en ella”. Según esto, los acuerdos no están tan blindados como se creía y las Farc deberían ser las primeras interesadas en blindarlos, reorientándolos.

Comienzo por aceptar que sí se debería tratar de renegociar con las Farc. Espero una reorientación que les conceda impunidad absoluta y casi inmediata a los guerrilleros rasos y a los milicianos; pero solamente a los que no figuren como responsables de crímenes de lesa humanidad.

A continuación, se debería reorientar el tema del narcotráfico. Mientras los colombianos convivamos en un mar de coca aquí no habrá paz. El narcotráfico no se puede considerar conexo con los delitos políticos. Urgente erradicar cultivos de coca sin contar con la colaboración de las Farc. Nos auguran una paz inestable: Las “31 zonas de tolerancia” gobernadas por las Farc, con militares, médicos y profesores cubanos. El continuar con la presencia en el país del Eln, de las bandas criminales y demás competidores en el negocio del narcotráfico…

Justicia Transicional. En opinión de Human Rights Watch, esta justicia es “una piñata de impunidad sin par en el mundo”. Reorientarla sin su preeminencia sobre las cortes y la justicia ordinaria; sin juicios inapelables, equivalentes a la “justicia divina”; y, en especial, sin sometimiento a ella de las Fuerzas Armadas, ni de los servidores públicos, ni de los empresarios que tuvieron que pagarles extorsiones a las Farc para poder entregar sus productos en barrios y pueblos, por la carencia de gobiernos con autoridad.

Después de pagar unos cuantos años de cárcel, sí me arriesgaría a concederles unas pocas curules gratis en los cuerpos colegiados, a los cabecillas de las Farc y a sus mandos medios, por un corto período de tiempo, desde luego. No pocos mandos medios sin crímenes graves podrían ocupar curules de inmediato.

La reforma agraria, otro tema crucial. Casi todas las tierras rurales de Colombia no están adecuadamente explotadas, porque durante 60 años de presencia de la Farc en dichas zonas ha impedido que sus dueños les inviertan para explotarlas en forma técnica y amigable con el medio ambiente. Esto le ha restado al país entre el 1% y el 2% por año de su PIB. Temo una reforma para crear minifundios y que se abuse con de la Ley de Tierras.

Temas complejos de reorientar. Que entreguen las armas viejas para posteriormente modernizar su arsenal o “recibirlas del Gobierno para revivir las Convivir”. Que suspendan totalmente los secuestros, las extorsiones y otros delitos. Que se termine con los francotiradores de su temible “plan pistola”. Que el cese el fuego bilateral con las Farc impida que las Fuerzas Armadas enfrenten a tantos otros criminales, igualmente narcotraficantes.

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