Resistencia civil ¡Firme!

Sin lugar a dudas, la andanada de burlas y descalificaciones emitidas por aquellos medios entregados al servicio de los intereses del Gobierno, sumadas a las críticas y comentarios que los cortesanos del presidente Santos y los criminales de las Farc, han puesto a circular en las redes, son muestra de que la acogida que ha teniendo la convocatoria a la Resistencia Civil no solamente los tomó por sorpresa, sino que ven en ella un estorbo para los planes de su mal llamado “proceso de paz”.

Evidente el desespero en esas huestes, lo que significa ascendemos. Cabe decir: “ladran, luego cabalgamos”.

Después del éxito de esa “firmatón” del sábado pasado (y que continuará hasta el próximo 4 de agosto), al presidente Santos le va a quedar sumamente difícil seguir mintiéndole a la comunidad internacional y al país mismo.

Ya no va a poder seguir diciendo a cuanta parte va, que el proceso de paz con las Farc marcha a las mil maravillas, que la paz está a la vuelta de la esquina y que, “como nunca antes”, los colombianos estamos felices porque en pocos días vamos a vivir en un lugar paradisíaco en el que correrán ríos de leche y miel. No. Se le acabaron los engaños. Ya se sabe que aquí lo que hay es miedo e incertidumbre. El mundo se dio cuenta de que las cosas no son como él las pinta, y que lo cierto es que la mayoría rechazamos tajantemente esos acuerdos porque están plagados de vicios, son inmensamente injustos y ponen en entre dicho la estabilidad de nuestro sistema democrático.

Tienen muy claro que quienes salimos a marchar el 2 de abril y hoy nos declaramos en resistencia civil, no somos un puñado de locos “furibistas”, ni “cuatro gatos”, ni un grupo de “neonazis” “guerreristas”.

Saben que somos gente de bien, gente común y corriente que lucha por el día a día para levantar su familia inculcándole valores, amor por la patria, etc. Individuos de distintas filiaciones políticas, unidos en torno a una causa común: la defensa de los valores democráticos.

Ciudadanos comunes, seres normales que añoramos vivir en paz. Paz de verdad, no esa falsa paz con la que nos han venido chantajeando el Presidente y los narcoterroristas de las Farc, durante estos años.

Sí, todos los colombianos soñamos con paz, esa a la que solamente se accede por el camino correcto, que no es propiamente el de la intimidación, ni el de la impunidad y los atajos constitucionales por los que están transitando.

Una paz negociada limpiamente, que cuente con la participación y el visto bueno de todos. Con nuestras firmas respaldaremos la demanda que se interpondrá ante la Corte Constitucional, para que el plebiscito por la paz, modificado, sea el mecanismo que permita expresar y garantice la voluntad de los colombianos sobre los puntos acordados en La Habana.

También, para demandar el acto legislativo especial, mediante el cual se diseñan leyes y reformas para implementar los acuerdos de paz y dan facultades extraordinarias al presidente, para que expida decretos relacionados con el tema y el blindaje jurídico del acuerdo final y su ingreso a la Constitución.

Esta patria es mía y no estoy dispuesta a entregarla. Estoy en Resistencia Civil ¡Firme!.

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