Reunión entre ELN y disidencias de las FARC confirma que utilizan Venezuela como enclave criminal

Una reciente reunión en Venezuela entre líderes de grupos irregulares de Colombia podría significar el fortalecimiento de las actividades del crimen organizado en este país, donde estas estructuras criminales han encontrado facilidades para operar y evadir las presiones del gobierno colombiano.

El 3 de diciembre La Silla Vacía publicó una información que revelaba detalles de la reunión en la que habrían participado importantes líderes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), disidentes las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), además de algunos miembros del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

El cónclave se llevó a cabo en el estado fronterizo de Apure, en Venezuela, y en la reunión se habrían concretado algunos acuerdos entre estos grupos. “El ELN y las disidencias de las FARC están actuando coordinadas para sacar cocaína de los disidentes por las rutas que controlan los elenos en la frontera entre Venezuela y Arauca. Además, tienen un pacto de no agresión después de una historia de cinco años de guerra entre farianos y elenos en ese departamento”, dijo La Silla Vacía.

Por su parte, el comandante de la Fuerza de Tarea Quirón, General Álvaro Vicente Pérez aseguró: “Sabemos que hay un concubinato entre el ELN y la subestructura primera de las disidencias y vienen haciendo actividades de coordinación para acciones ilícitas, cobros extorsivos, contrabando y hay una distribución de cuotas porque lo que buscan es ganar ambos”, publicó El Colombiano.

Aunque no hubo precisión sobre los asistentes a la reunión, según reportó La Silla Vacía, en el encuentro realizado en octubre habrían participado Nelson Enrique Díaz Osorio, alías Iván Alí; Henry Castellanos Garzón, alías “Romaña”; y José Manuel Sierra Sandoval, alias Aldinever Morantes, quienes forman parte de la dirección política del partido FARC.
Análisis de InSight Crime

Las implicaciones de una potencial alianza entre disidencias de las FARC y el ELN son muy graves tanto para Venezuela como para Colombia. Y hay dos consecuencias que pudieran ser predecibles: el inminente aumento de las actividades del crimen organizado en territorio venezolano y fuerte obstáculo al debilitado acuerdo de paz de Colombia.

Ante la agudización de la crisis económica en Venezuela y el cerco financiero que enfrenta el Gobierno, estas economías criminales emergen como un medio de subsistencia para muchos venezolanos hambrientos y desesperados, pero principalmente para el régimen de Nicolás Maduro, que además ha facilitado que estos grupos operen en estados como Apure, Amazonas y Bolívar, que son utilizados como enclaves criminales.

Por otra parte, InSight Crime pudo confirmar, con fuentes locales de Arauca y con fuentes de la Fuerza Pública de Colombia, que la reunión entre miembros del ELN y disidentes de las FARC sí se realizó y se presume que también participaron importantes jefes de la desmovilizada guerrilla como Luciano Marín, alias Iván Márquez; Hernán Darío Velásquez, alías “El Paisa”; entre otros.

La supuesta participación de los exlíderes de las FARC, que impulsaron el acuerdo de paz, podría marcar su regreso a las armas y a las actividades criminales, y al mismo supondría un duro golpe al proceso de paz iniciado en 2016.

Aunque no se pudo confirmar la asistencia de Gustavo Aníbal Giraldo, alias “Pablito”, el jefe del ELN que estaría en Venezuela y quien tiene orden de captura de Interpol, se supo que el cónclave contó con su bendición.

Por otra parte, a lo largo del año la posibilidad de un acuerdo de paz entre el ELN y el gobierno de Colombia se fue alejando y con la llegada del presidente Iván Duque esta puerta se acabó de cerrar, así que el ELN se ha ido refugiando en Venezuela aprovechando la condescendencia del gobierno de Maduro y el apoyo de algunos miembros de la Guardia Nacional Bolivariana.

El pacto de cohabitación entre el ELN y las disidencias de las FARC pareciera haber dejado atrás antiguas diferencias. En el pasado las FARC subestimaban al ELN, pero ahora lo consideran un aliado estratégico y en algunas regiones ya están trabajando conjuntamente. En este caso el poder criminal que los elenos han acumulado en Venezuela, donde tiene presencia en al menos 12 estados, según pudo identificar InSight Crime, les ha dado una posición ventajosa para negociar. Dicho así, esta nueva alianza va más allá de Venezuela y Colombia y surge como una amenaza para América Latina y el Caribe.

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