El argumento es que solo son ocho mil hombres, pues bien, los chavistas eran muchos menos.

Un gran político y pensador dijo hace 70 años que el comunismo era el reparto equitativo de la miseria, sin pretender igualarme a tal alarde de sabiduría, me permito agregar que también es la única disciplina política que como premisa esencial, destruye sus propios países. Eso es algo tan obvio que no hacen falta mayores explicaciones.

Pero para que el comunismo triunfe, hace falta que intelectuales, empresarios y políticos que se dicen a sí mismos "progresistas" le abran la puerta. Eso es lo que pasó en Venezuela cuando Rafael Caldera en su segunda presidencia decide perdonar a un grupo de criminales que habían ejecutado sendos y sangrientos golpes de Estado contra el legítimo y constitucional jefe de Estado Carlos Andrés Pérez. Ese acto de inaudita soberbia nos ha llevado a la destrucción sistemática y planificada del país potencialmente más rico del planeta, y la entronización en el poder de una mafia inmisericorde que dicen querer repetir el "exitoso" experimento cubano.

Caldera no fue comunista, al igual que Santos en Colombia tampoco lo es. Pero el resultado será el mismo, se le permitirá a un grupo mafioso y criminal que cuenta con los inmensos recursos del tráfico de drogas, ser perdonados y reinsertados con todos los derechos en la vida colombiana. Es obvio que con todo ese dinero podrán armar una poderosa maquinaria electoral que en poco tiempo, les permitirá elegir un presidente. Santos al igual que Caldera, piensa que está pacificando el país y haciendo historia, qué gran error. El argumento es que solo son ocho mil hombres, pues bien, los chavistas eran muchos menos. La mayoría de los colombianos son gente trabajadora y educada y seguramente desean progreso y bienestar, pero no lo lograrán con los comunistas. Será!!!

@sammyeppel / sammyeppel@gmail.com