SANTOS REPROBÓ SU MANDATO. ¿MERECE REPETIR?

A mis años creía entender muchas situaciones de la vida. Pero hay cosas que no puedo captar aún. Como, por ejemplo, la candidatura del presidente Juan Manuel Santos para reelegirse otros largos cuatro años. No comprendo la razón de dicha aspiración.

Es un mandatario que todo lo permite. Como si se tratara de un padre que malcría a sus hijos y por calmarles las pataletas, les da lo que le pidan.

Esa actitud permisiva la vimos durante todo su período de gobierno en un sinnúmero de hechos que nos dejaron atónitos, desde los paros que él mismo desconoció, la pérdida de 75 mil kilómetros de nuestro mar, el deterioro de la seguridad nacional y la promesa de una paz basada en la impunidad.

Los colombianos ignoramos, en gran parte, lo que sucede en la mesa de diálogos con la guerrilla, en donde no se ha podido pasar de dos puntos, en más de un año de conversaciones. Se habla de la prudencia frente a los medios, quizás.

Sin embargo, lo único cierto es que las decisiones del país están pasando por La Habana, y seguirán así mientras no suba al poder un presidente que defienda la dignidad nacional. La paz que tanto anhelamos no se negocia. Ni se deja a un lado el complejo tema del conflicto con Nicaragua, dando palos de ciego. Ni mucho menos se descuida la seguridad del país.

Presidente Santos, deje ese afán reeleccionista que bastante daño le está haciendo a Colombia y dedíquese a gobernar estos meses que le faltan, a lo mejor no queda habilitando y pasa raspado, aunque sea dejando pelos en el alambrado.

Ojalá, al menos deje iniciadas las tan cacareadas Autopistas de la Prosperidad que tanto anunció, y de las cuales no hemos visto la primera palada de tierra… y así, por el estilo, tantas promesas de gobierno que aún quedan pendientes.

Más bien, usted sentirá que perdió el cuatrienio y que, por tanto, necesita ser un repitente como el estudiante que no pudo ganar las materias, para ver si acaso no pasa a la historia sin pena ni gloria.

Estas elecciones presidenciales serán la oportunidad para que los colombianos escojan al mejor. Y esta vez, sí elijan a alguien leal a un programa de gobierno, que no se voltee en medio camino y coja un rumbo diferente.

Deberá ser una persona sintonizada con la gente, que actúe con firmeza para recuperar la seguridad ciudadana, el empleo y la confianza de los inversionistas, que tenga palabra y que sepa defender la dignidad nacional.

Estamos seguros de que todo esto, alguien lo logrará con inteligencia, conciencia social y entrega profunda a la patria… Pero no es usted, señor Presidente, el candidato que hoy requiere el país.

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