En reciente entrevista con el diario El Tiempo (sept. 7/15), el expresidente Ernesto Samper, ante la pregunta, ¿Y las causas de la crisis de la economía venezolana son manipuladas desde Colombia?, evasivamente contesta: “Las causas de la crisis económica en Venezuela, como en el resto de la región, tienen que ver con la caída del precio del petróleo, el descenso de la demanda china y europea, el encarecimiento de los precios de los alimentos y, en el caso concreto de Venezuela, su condición sui géneris de depender en un medida muy alta de los ingresos del petróleo”.
La respuesta del expresidente Samper es repetitiva del discurso chavista. La realidad es algo más compleja: la crisis de la economía venezolana es bastante anterior a la reciente caída del precio del petróleo y el descenso de la demanda china y europea. Los precios mundiales de los alimentos como el trigo, la soya, el maíz y el azúcar, lejos de encarecerse, están es a la baja. En lo que sí tiene razón Samper es en la dependencia de Venezuela en los ingresos del petróleo, dependencia que, valga aclarar, no es reciente sino que lleva 80 años.
Pero el punto de fondo es, contrario a lo que afirma Samper y como lo argumenta el presidente Santos, que las causas fundamentales de la enorme crisis de Venezuela no son externas sino de su propia cosecha. El economista Salomón Kalmanovitz afirma en su reciente columna (El Espectador, sept. 3/15): “La causa más próxima es la caída del precio del petróleo de US$105 el barril hace un año a los US$45 de hoy, frente a una menor producción de crudo por la incompetencia, desgreño y corrupción de los funcionarios leales al Gobierno que administran PDVSA. Una causa más estructural es la política contra la producción industrial y agrícola, la “lucha contra la burguesía” venezolana, liderada por Hugo Chávez. Esta batalla que no termina ha llevado a la quiebra a miles de empresas y a otras a niveles ínfimos de producción porque no les aprueban sus importaciones de materias primas, bienes intermedios y repuestos para su maquinaria. Otra causa adicional es el despilfarro para financiar los subsidios internos y la política exterior del régimen”.
Apostilla: Como bien lo señala el portal Las 2 orillas, “difícil mayor agresividad hacia Colombia y a la canciller Holguín que los mensajes de Delcy Rodríguez, la canciller venezolana, a través de su cuenta de Twitter. No se trató de una declaración espontánea, sino escrita y pensada, de lo cual se infiere que es la versión oficial del Gobierno venezolano. Este fue uno los trinos que lanzó mientras la canciller Holguín se reunía en Ginebra para denunciar en la ONU los atropellos a los colombianos:
“¿Canciller Holguín habrá informado en Ginebra de cómo Colombia se convirtió en el primer productor de cocaína en el mundo?”.
La pregunta obvia es si la canciller Rodríguez le va a pedir a la canciller Holguín que adicionalmente informe en Ginebra cómo Venezuela se ha convertido en el mayor exportador por vía aérea de cocaína del mundo. ¿Del proceder en donde Venezuela le da albergue y protección a los dos principales carteles de droga del mundo, las Farc y el Eln? ¿De cómo el problema fronterizo se inicia por una pugna por control de las rutas del narcotráfico entre facciones del “Cartel de los soles”, una facción que apoya al Ejército y otra facción a la Guardia Nacional?
