“Acuerdo de dialogar  en secreto ¿Permite dosificar la verdad?”

El gobierno, los medios de comunicación y la sociedad, ¿Están siendo realmente garantes de los derechos de las víctimas, en el actual proceso de paz con las FARC?, ¿Son las víctimas más importantes que los victimarios?

¿Puede ser descalificado el clamor humanitario de una madre que peregrina buscando a su hijo médico, que se llevó la guerrilla cuando hacía el año rural? ¿Se le puede atribuir a esta mamá o a la que deambula preguntando por su hijo reclutado a la fuerza, un interés de figuración mediática? ¿Es ético reducir este dolor a un afán mundano de ir a la Habana a tomarse una foto con sus victimarios?

¿Es lógico que las víctimas directas de las FARC tengan que suplicar para que el Estado les dé prioridad, las acoja, las ampare, las represente y sea éste quien exija a la contraparte en la mesa darles la cara y responder con la verdad?

Al ceder a la exigencia de la guerrilla de incluir en el proceso a todas las víctimas, de todos los actores, de toda la historia de Colombia ¿Se colocó en desventaja a quiénes están legitimados por el sufrimiento extremo, para exigir el esclarecimiento del horror y preguntar por el paradero de sus familiares?

¿Es estable una mesa de tres patas? ¿Pueden el Gobierno, las FARC y la sociedad civil, acordar metodologías, como la convocatoria de multitudes, para que la guerrilla intente "justificar lo injustificable"?

Alzar la voz para escribir la memoria de un hijo desaparecido, secuestrado, mutilado por una mina ¿Es entorpecer el proceso de paz? Querer justicia ¿Es tener sed de venganza?

¿Dónde están las voces de quiénes, a excepción de la Iglesia, exigen a las FARC que pidan perdón? ¿Se le puede trasladar el peso de la paz a una víctima que no ha escuchado el arrepentimiento del victimario, ni mucho menos el propósito de enmienda? ¿Es ético seguir conminándola a que perdone?

El acuerdo de conversar en secreto y sin medios ¿Permite dosificar la verdad?

¿Desde cuándo pedir que en el proceso con las FARC se escuche con preeminencia en la mesa a sus víctimas, desconoce los derechos de las víctimas de otros actores armados?

¿Las FARC Se siguen considerando víctimas?

A estas alturas del proceso y dado el nivel de socialización y respaldo de líderes internacionales ¿No sería bueno que el Presidente Santos, se sentara a escuchar también los testimonios y expectativas de las víctimas de las FARC?

¿La neutralidad del gobierno frente a las víctimas de las Farc contribuye a diluir la responsabilidad de este grupo armado?

¿Es consciente el gobierno de que su justo reconocimiento de la existencia de víctimas de Estado, venía siendo instrumentalizado en los foros del Congreso y en los primeros foros regionales hasta el extremo de hacer creer a la opinión que la inmensa mayoría de crímenes los ocasionó el Estado? ¿Se siente cómodo el gobierno igualado con las FARC, en la condición de victimario en la mesa de La Habana?

A las víctimas las pueden tratar de dividir artificialmente, de polarizar, de esconder, de silenciar, pero sin ellas y sin verdad ¿habrá proceso de paz sostenible?

¿Se puede tapar el sol?