Segunda vez

A Luis Alfredo Ramos es la segunda vez que le sucede: que traten de detener sus aspiraciones políticas con argucias y calumnias. La primera, cuando aspiró a la gobernación de Antioquia, fracasó. Ahora que busca la presidencia el montaje es de tal magnitud que aunque la absoluta mayoría de quienes lo conocen ponderan su honestidad e inocencia, no se puede vaticinar un resultado cierto.

Algunos de sus acusadores gratuitos (o pagos, váyase a saber) de entonces, Claudia López y León Valencia, han vuelto a lanzar sus insidias. Quieren revivir el sartal de infundios que profirieron en un malhadado libro que publicaron sobre la “parapolítica” en 2007, precisamente antes de las elecciones regionales de aquel año en las que Ramos se había postulado como candidato a la gobernación. En ese sentido Valencia, cuyo pasado oscuro pocas credenciales le otorga para actuar como veedor moral, les recomienda a los jueces ahora “examinar la investigación realizada por Claudia López que hace una radiografía del comportamiento electoral atípico en diversas zonas de Antioquia, que favoreció ampliamente a esta fuerza política. Podrá mirar todas las pruebas recolectadas para condenar a otros miembros de esta organización. Es difícil que Ramos salga bien librado de este proceso.”

Olvida el señor Valencia que Claudia López perdió ante Luis Alfredo Ramos –luego de elegido éste como gobernador por una abrumadora mayoría- una demanda por injuria y calumnia que éste último entabló contra la primera, a raíz de declaraciones que ella profirió a la prensa, basada en el libro de marras, de esta factura: “Pudo ser elegido sin el apoyo paramilitar, pero él decidió no hacerlo.” Ante la fiscal 144 de Bogotá, el 4 de mayo de 2009, se efectuó una conciliación entre el demandante y la señora López, en virtud de que ella reconoció que no tenía prueba alguna de que los paramilitares habían apoyado su candidatura a la gobernación de Antioquia. ¿De dónde acá viene ahora Claudia López a calificar en Twitter dizque de cretino, además de bandido, a Luis Alfredo Ramos por haberla denunciado por calumnia? ¿Mintió cuando se retractó ante un juez en 2009? Mentir, tergiversar, contradecirse: es el catecismo de estos personajes que posan de “investigadores” y no son más que alfiles de una causa vil.

Precisamente con motivo del comentado libro de la Corporación Nuevo Arco Iris, de Valencia y López, realicé un minucioso estudio y produje un detallado ensayo, que apareció publicado, junto a otros, en septiembre de 2008 por la editorial Planeta bajo el título “Parapolítica, verdades y mentiras”. Efectué allí una demoledora crítica de necedades como las “votaciones atípicas” y los “distritos electorales” que tejió Claudia López, burdos conceptos que no resisten la crítica científica.

Tuve la oportunidad entonces de probar las inexactitudes y chapucerías de la dupla de “investigadores” de la CNAI, que amparada en el fenómeno real de la parapolítica, se dedicó a efectuar especulaciones sin fundamento y a tratar de enlodar a cuanto dirigente les vino en gana. En particular a los resultados electorales del movimiento político de Ramos de aquella época, conocido como Equipo Colombia, dedico en mi ensayo un buen trozo (ver páginas 190 a 205).

Una línea común tenían los ataques de hace seis años: golpear también a Álvaro Uribe, con quien Ramos ha tenido conocida cercanía. León Valencia no ahorró argumentos en su libro para enlodarlo, empezando por el burdo de explicar su triunfo a la presidencia en 2002 por el apoyo paramilitar. Desnudé con cifras detalladas la impostura: en aquellos comicios Uribe perdió en todos los departamentos de dominio paramilitar (como Córdoba, Sucre, Magdalena, Cesar), donde venció ampliamente Serpa. Por el contrario, Uribe derrotó a su contrincante por el respaldo aplastante del electorado en los departamentos más golpeados por la guerrilla.

Desafortunadamente estas sandeces, revestidas de un manto de academicismo, hacen mella en ciertos círculos. En Antioquia, por ejemplo, en aquellos comicios de 2007 algunos contradictores políticos y medios locales auparon las supercherías de Claudia López, con evidentes fines electorales. No calculaban que poco después esa misma justicia politizada, que utiliza el fantasma de la parapolítica como garrote, se habría de volver contra algunos líderes connotados con similares argucias.

De igual modo las altas cortes le han hecho el juego a estas patrañas. La CSJ en no pocos fallos sobre la parapolítica ha utilizado como una de las fuentes el libro sobre la parapolítica de Valencia y López. Es inaudito que semejantes añagazas sean aceptadas, sin ningún juicio crítico, por magistrados de ese nivel. Hay que estar alertas para que en este caso de Luis Alfredo Ramos no prospere el engaño, y la verdad resplandezca por encima de prejuicios y artimañas.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar