Seremos mancos, ¡qué va!

Como los jinetes parsos en el desespero de la huída, el Presidente Santos intenta volverse atrás para lanzar la postrera flecha, destinada, supuestamente, a atajar la artillería que se cierne sobre él y las huestes parlamentarias que tercian con él. ¡Eso cree!

El portal Kienyke refiere que en los llamados retiros de Paipa, el Presidente y los congresistas en trance de ingreso al crematorio, resolvieron promover la expedición de una ley hecha sobre medidas de las necesidades electorales de los partidos y movimientos de la Unidad Nacional, en trance de dispersión por el abandono que de ellos hace el electorado.

Se trataría, ni más ni menos, de despejar el camino hacia el transfuguismo sin lugar a consecuencias, de tal suerte que los concernidos puedan jugar restos en listas conjuntas con abandono de las propias banderías declinantes, como el mismísimo sol mengua a la llegada de la noche.

Acostumbrados como están los ilustres manzanillos a manosear la Constitución y las leyes, no tendrán empacho en hacerlo, como si no se dieran cuenta que la opinión mantiene los ojos puestos sobre los excesos y desvergüenzas de sus alevosos procederes. No por nada Congreso y congresistas llevan sobre sí la desconfianza nacional en grado superlativo.

Expedito que fuere el camino, irán un solo talego tiros y troyanos, jacobinos y girondinos, capuletos y montescos, desde luego que también la Marcha y la Unión Patrióticas allí entreveradas en su conocida labor de zapa. Muy bonitos van a quedar en un mismo estuche Simón Gaviria, Iván Cepeda, Gloria Cuartas, Ángela Robledo, César Jerez, Roy Barreras, el Caballero Gaucho, Gabriel Zapata, etc. ¡Un auténtico consomé de menudencias digno de una sal de frutas!

Tanto desespero tiene origen en el crecimiento exponencial del Centro Democrático, fuerte como plaza fuerte del medioevo, gracias al prestigio de su caudillo Álvaro Uribe Vélez y a la lealtad de las huestes, que lo siguen agradecidos por haberle devuelto la esperanza a la Patria atormentada en los ocho años de su gobierno y por el efecto de comparación que hacen las gentes con el desmadre de los últimos tres años.

Lo cierto es que una reciente encuesta señala que en el país hay una intención de voto por las listas del señor ex presidente Uribe Vélez equivalente al 70 %. Entonces, los conjurados van quedando con poco margen de maniobra y se aproximan a sellar la más absurda mentecatez, resultado de tener muchos jefes, escasos indios y ningún jefe prominente, al paso que el Centro Democrático es una fuerza por gracia mayoritaria en grado apoteósico, monolítica, disciplinada, recia, con músculo, en permanente plan de batalla. Seremos mancos, ¡qué va!

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