Hace unas semanas Ernesto Samper, Secretario de Unasur, proclamaba a los cuatros vientos que “en Venezuela hay separación de poderes”. Unasur es un ente internacional burocrático e inútil, creado por Chávez con el propósito de hacerle contrapeso a la OEA. A él pertenecen dócilmente todos los Estados suramericanos.
Como no es de buen gusto hablar de “dictadorzuelos”, digamos que el “buen” Maduro está enfrentado a una fuerte oposición de cara a las elecciones regionales de diciembre. Las últimas encuestas indican que el 84.3% de los ciudadanos considera que la situación es mala y el 62.3% opina que Maduro debe irse pronto. Por esa razón hasta la Conferencia Episcopal venezolana (los obispos son en general muy prudentes en cuestiones de política) dijo a comienzos de julio que “No se puede negar lo que está a la vista: los presos políticos, los vejámenes, las torturas, la violación de los derechos humanos”. No mencionan que Venezuela tiene la tasa de homicidios y la inflación (108% hasta ahora), más altas del mundo y la escasez, el desabastecimiento y el racionamiento de bienes esenciales superan sobradamente a los países más pobres de África. Eso en un país que recibió en los últimos años más de un millón de millones de dólares por petróleo, la mayoría de los cuales fue a atender la demagogia de Chávez o los bolsillos de los adeptos del régimen.
En esta “democracia”, la Contraloría acaba de dictaminar que los líderes más connotados de la oposición están impedidos para desempeñar cargos públicos en los próximos años.
Imaginémonos que el Contralor dijera lo mismo en Colombia. Inaceptable. Pero en la Venezuela “democrática y con separación de poderes” cualquier cosa es posible con tal de sostener un régimen corrupto hasta las cachas.
Estas maniobras son tan burdas como despreciables. Una mujer, María Corina Machado, a la que una vez en la Asamblea Nacional golpearon a puño limpio los chavistas, ha dicho que se inscribirá de todas maneras, mostrando ante estos atropellos más coraje que los pusilánimes presidentes y presidentas, para estar a la moda, latinoamericanos(as) que pasan agachados(as).
Sabemos que el pajarito de Chávez dejó en manos cubanas -escondidas por supuesto- la dirección de Venezuela. Eran las épocas de la bonanza petrolera. Pero ahora Cuba y Estados Unidos andan cogiditos de la mano y ya Venezuela no es importante. El “buen” Maduro está solo ¿quién podrá defenderlo? Dicen que hay conversaciones secretas entre los Estados Unidos y Venezuela, pero un estudio reciente del Instituto de Estudios Estratégicos (SSI) del Ejército de los Estados Unidos augura “un final caótico y violento de la situación en Venezuela, más probable cada día que pasa, que tendrá serias repercusiones en los vecinos de Venezuela en la región” (Miami Herald).
¿No somos nosotros, por excelencia, el vecino venezolano? Y ¿qué estamos haciendo para prever los efectos del derrumbe?
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Coda. El Fiscal anuncia que buscará a Luis Alfonso Hoyos a través de Interpol. Claro, si es un “bandido” acusado de espiar a los “angelitos” de las Farc en La Habana.
