Soplan nuevos vientos

Todos los sectores exportadores sufrieron los rigores de la revaluación del peso colombiano durante casi 12 años, de una manera más drástica del año 2003 al año 2015, cuando comenzó la caída en el precio del petróleo, el oro, el carbón, además de la desconfianza por parte de los inversionistas extranjeros, en parte por la carga tributaria y la inestabilidad jurídica.

Los indicadores de la industria en muchas de las actividades desmotivaron a los industriales ante la competencia de productos importados con un dólar barato que destruyó el empleo manufacturero y agropecuario de una manera notoria, encontrando en las estanterías de los supermercados productos de la canasta familiar importados y en los almacenes, camisería y vestidos de Bangladesh, Perú y la China.

Grandes confeccionistas e industriales aprovecharon la bonanza importadora por el dólar barato y hoy, ante la devaluación del peso, piensan en reabrir las fábricas, reintegrar personal, para volver a surtir proveedores y consumidores con productos nacionales, los que son, años luz, superiores en calidad a las baratijas importadas de China y Bangladesh, además de apoyar el empleo nacional.

Luego de haber golpeado a confeccionistas y al ser agropecuario principiante, al importar masivamente ropa, calzado, carne, arroz, leche, quesos, maíz y otro número importante de productos, regresamos al consumo de productos colombianos ¿Dónde quedaban las utilidades? No propiamente en el consumidor final, todo parece indicar en la intermediación, bien de industriales o de comerciantes, pero poco en el público consumidor.

¿Por qué se piensa que no llegaba el precio al consumidor final? En los supermercados, almacenes y ferreterías los precios continuaron iguales. Ahora con el dólar más caro, se oye la queja de los importadores acostumbrados a más de diez años de bonanza importadora.

Cuando los agricultores, ganaderos, confeccionistas e industriales le pedían al Gobierno apoyo ante la crisis, algunos empresarios que hoy solicitan medidas del Gobierno para alivianar la devaluación, criticaban y solicitaban evitar cualquier ayuda.

La ANDI hoy pide cacao al Gobierno al sentir encarecimiento en las materias primas importadas; debemos pensar que si antes no le transmitían al consumidor final los beneficios, hoy tampoco le deben transmitir los mayores costos.

Nota: Las Autopistas de la Montaña, hoy de la Prosperidad, luego de 10 años de haberlas lanzado en el Paraninfo de la U. de A., algunas de ellas ya tienen cierre financiero en el exterior y se espera que en el año 2016 comiencen trabajos los concesionarios; por eso el título de este artículo.

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