Tachirenses y Norte Santandereanos

La función de servidor público envuelve comportamientos que algunos no han podido dimensionar con claridad para que puedan proyectarse en su comunidad como buenos ciudadanos, no quieren dar ejemplo de civilidad y lealtad con la población desde el cargo para el cual fueron designados, o de lo contrario dejarían el mando en manos de quienes si lo quieren y pueden hacer bien y honestamente.

En el Estado Táchira en Venezuela como en el Departamento Norte de Santander en Colombia estamos siendo víctimas de esta abyecta y ruin clase política, estos pésimos funcionarios públicos que se regodean desde los cargos por los sueldos y corruptelas, premios que les fueron otorgados por su negligente y sumisa gestión que mantiene  contentos a una parte de la población mientras haya fútbol, ferias, fiestas, toros, vino y derroche, así como gobernantes y opositores que aplauden satisfechos las medidas tomadas desde Caracas y Bogotá, que el pueblo humilde de toda la frontera Colombo-Venezolana las recibe entre lágrimas, desempleo, escases y necesidades.

En la frontera tanto en el lado Venezolano como en el Colombiano tenemos graves problemas de productividad que se han venido dejando a un lado, porque no se han emprendido las necesarias reformas como la adopción de nuevas tecnologías, una mano de obra más productiva, mayor apoyo a los productores, mejoramiento de la calidad de vida de la gente del campo, mejoramiento de la infraestructura, menos tramites y permisología, menos costos de producción y más subsidios y libertad de comercio para disminuir el cordón de pobreza que cada día se agiganta a lo largo de dos países hermanos que parecieran estar siendo gobernados por el mismo mono pero con distinto collar.

Es criminal ignorar la decisiva importancia del desarrollo agropecuario para la vida de quienes habitamos en la frontera del Táchira con el Norte de Santander, los aquí residentes requerimos de una sólida base agrícola que garantice nuestra seguridad alimentaria y nos brinde la posibilidad de una continua y satisfactoria oferta de productos, porque aquí el aumento de los precios de los rubros alimentarios ha sido mayor que el de otros componentes de bienes que requieren las familias en los dos países y esto ha deteriorado el nivel de vida de todos.

Estamos frente a un modelo que ha destruido la producción en la frontera, que pretende hacer creer a nuestros pueblos que el problema de la escasez es mentira, pero aquí ya todos sabemos que el enemigo es el modelo económico y social fracasado que nos han impuesto Santos y Maduro, nosotros los hombres y mujeres de frontera queremos es un modelo progresista, incluyente que de impulso a la industria, al comercio y al agro, para lograr que el progreso llegue a toda la población del Táchira como del Norte de Santander.

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