Teléfono roto y teléfono rojo (I)

Casi todos los propósitos comunes de Chávez y las Farc se habían visto entorpecidos por el 'empecinamiento guerrerista de Uribe', pero hoy están reactivados.

Entre Santos y Uribe hay un teléfono roto; no así entre Santos y Chávez ni entre Santos y 'Timochenko'. Ahí funciona, aseguran, un 'teléfono rojo'.

Dicen que entre las Farc y el actual gobierno está fluyendo un "fructífero intercambio de impresiones" (así dice mi fuente); que las cosas avanzaban con 'Cano' (por eso los términos 'asesinato' y 'traición' que utilizaron las Farc y un arzobispo), y que continúan con 'Timochenko', todo por iniciativa y a través de Venezuela.

Estos son otros datos que llegan por diversas vías: la comandancia de 'Timochenko' puso nuevamente a las Farc a jugar en las grandes ligas de América Latina y su voz se está oyendo en los escenarios más impensados. En ello Unasur y su Secretaría han sido fundamentales. Dicen los conocedores, que desde hace siete años 'Timochenko' se propuso convertir la revolución bolivariana de Chávez y la lucha de las Farc en una misma cosa y por eso la política de Santos respecto a Chávez le ha caído como anillo al dedo.

Casi todos los propósitos comunes de Chávez y las Farc se habían visto entorpecidos por el "empecinamiento guerrerista de Uribe", pero hoy están reactivados. ¿Cuáles planes? 1) El regreso de las Farc a los escenarios internacionales, previa su exclusión de la lista de terroristas; 2) la financiación venezolana con 300 millones de dólares, a través de una negociación triangulada de petróleo que acordaron en el 2006 las dos personas que hoy están en inmejorables condiciones para concretarla: 'Timochenko' y el nuevo ministro de defensa de Venezuela, general Rangel Silva.

En marzo del 2005, el ahora ministro Rangel, con poderes directos de Chávez, y 'Timo'', en ese momento delegado de 'Marulanda', celebraron una primera cumbre formal en el Catatumbo. Desde ese momento ha habido un oficial de enlace del gobierno venezolano con el Secretariado.

Hay constancias escritas sobre las subsiguientes reuniones 'Timochenko'-Rangel, en las que se habló de todo: secuestros en la frontera (se pueden hacer, pero dentro de límites fijados por los venezolanos); tráfico de drogas, armas, lavado de dinero, 'ajusticiamiento' de políticos y sindicalistas en Venezuela y mil etcéteras. La sociedad entre Rangel y las Farc se volvió abierta y desembozada. Por eso la congelación de bienes del ministro en USA y su posible enjuiciamiento por narcotráfico.

En el 2006 entró al escenario 'Iván Márquez', a quien 'Timo' encomendó mantener el contacto permanente con el general Rangel. 'Márquez' fue 'reconocido' en Caracas como enviado plenipotenciario de las Farc. Se le asignaron vivienda y oficinas semioficiales, vehículos y escoltas. Colombia y Estados Unidos fueron siguiendo cada paso de esa asociación nefanda.

En el 2007, Uribe, con una acción intrépida, logró ponerlos en total evidencia. Como sabía que Piedad Córdoba era la estafeta entre las Farc y Chávez y como le llegó la noticia de que el gobierno francés, empeñado en la liberación de Íngrid Betancourt a cualquier costo, se aliaría con los dos, recibió a mediados de agosto a la senadora y la despachó con un nombramiento oficial para que hiciera legalmente lo que ya hacía secreta e ilegalmente.

Piedad y Chávez cayeron redonditos, pues abrieron todo su juego con las Farc. En noviembre, cuando ya no había nada más que saber de ellos, y habían 'pringado' convenientemente a 'Reyes', Uribe les cortó el chorro. El frenesí pro fariano de Chávez y Piedad, les había hecho cometer todas la imprudencias y sirvió para que nuestra Fuerza Pública conociera mil secretos de las Farc.

La imprudencia de Chávez y Piedad en su 'mediación' fue el origen del golpe contra 'Reyes' y la posterior liberación de Íngrid y los norteamericanos.

(Continuará).

José Obdulio Gaviria
El Tiempo, 10/01/2012

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