¿Tercera vía?

Hay que ser bien santista como para creerse el cuentico de que la tercera vía, supuestamente instaurada por el actual Gobierno, tendría efectos positivos para el país.

No traguemos entero, la tercera vía no es como nos la han querido pintar en connivencia con el Gobierno algunos medios nacionales: este no es un punto medio entre el Estado de bienestar de la socialdemocracia y el proyecto neoliberal. Es más bien la capitalización del Estado de bienestar, es decir, el atesoramiento del mercado laboral a través del mercado bursátil.

Tony Blair, ex primer ministro, fue el principal –y único– ejecutor de la teoría de la tercera vía, en la Gran Bretaña de 1997 a 2007. Sus principales resultados en la materialización de esta fueron los siguientes: quebró el sistema de salud de su país, involucró a su nación en la ilegal guerra de Irak y bursetalizó su economía, con el agravante de haber desregularizado intensamente el mercado laboral y financiero, hasta dejarnos ad portas –habiendo contribuido– a la mayor crisis económica mundial desde los años treinta. Hoy, como consecuencia de los años Blair, el crecimiento económico de Gran Bretaña reposa exclusivamente en el buen desempeño de la “City”, esto es, del sector bursátil de Londres.

Aterricemos las cifras del gobierno Santos frente a su pretendida tercería vía: el presupuesto de 2015 presentado por el Gobierno sin deuda, creció en 11%, aproximadamente 6 puntos porcentuales por encima del crecimiento del PIB. A pesar de esto, este presupuesto no contempla los suficientes recursos para financiar la jornada completa escolar prometida en campaña.

El Icetex, la entidad del Gobierno que otorga créditos de estudios, está disminuyendo su inversión en 35 mil millones de pesos. Asimismo, la inversión en calidad educativa se reduce en 100 mil millones y en general, la inversión en educación solo aumenta aproximadamente un 4% comparado al año pasado.

El gobierno Santos –de grandes anuncios– promete mucho en campaña pero a la hora de la verdad reduce el presupuesto de medio ambiente en un 12%, el de seguridad e inteligencia en un 45%, el de deporte y recreación en un 2%, el de cultura en un 8%, el de las TIC en un 13%, etc.

Esta es la tercera vía del presidente, plasmada en un aumento de presupuesto entre 2010 y 2014 de 52%, pero que estanca desde el 2012 el índice nacional de productividad y el coeficiente Gini (índice que mide la desigualdad).

Ante esta situación, el Gobierno sigue derrochando en gastos de personales donde se va a gastar en el 2015 1.8 billones de pesos más que en el 2014. En 4 años, Santos aumentó –aténganse– en un 131% el costo de la nómina de la Rama ejecutiva (sin sector defensa y seguridad) con 18 mil nuevos puestos creados (¿mermelada?). Esto último obviamente sin contar con los asalariados que están bajo contratación en modalidad de prestación de servicios y que por lo menos duplica esta cifra.

Como si fuera poco, al presupuesto 2015 le falta ni más ni menos que 12 billones de pesos. Un hueco fiscal inexplicado donde quizás esté metido la tan mediática tercera vía; única vía en espejismo que tal vez haya construido Santos en su primer cuatrienio.

@Quinteroolmos

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar