Una gran lección

Hay una mayoría de Colombianos que se sienten estafados por el actual gobierno, ellos están dispuestos a luchar por un objetivo superior que permita impulsar los cambios que reclama la mayor parte de la población, así lo señalan todas las encuestas de opinión, inclusive las pagadas por el propio gobierno de Santos, que ya no pueden maquillar los resultados señalados en sus trabajos de campo y que expresan que para las elecciones del 25 de Octubre el Uribismo alcanzaría la mayoría en municipios y Departamentos, lo que permitiría mayor espacio al servicio de los ciudadanos.

Pero tenemos que corregir mecanismos perversos y fraudulentos que existen en el proceso electoral Colombiano y que se manifestaron en las pasadas elecciones, tales como la utilización inmoral de los recursos públicos, la toma de Municipios y poblaciones enteras por los terroristas de las Farc para intimidar a los electores, las aberraciones que cometen con los recursos del Estado comprando conciencias y chantajeando voluntades, la presión sobre los empleados públicos, la utilización de vehículos y funcionarios del gobierno para movilizar electores, y el estímulo a la abstención, a la división y a la confrontación entre los opositores que solo beneficia al gobierno nacional.

En una sociedad como la Colombiana víctima del narco – terrorismo y con un gobierno blandengue que tiene el juego trancado, la oportunidad de votar se recibe como una válvula de escape, y más cuando todas las instancias de diálogo se han hecho imposibles, las elecciones municipales y Departamentales son muy esperadas por toda la población y la tarea de la alianza opositora se hace necesaria, con la cual demostraremos no solamente capacidad de hacer política, sino también voluntad de convivencia con todos los factores de oposición democrática, que le apuestan al mejor futuro para la Nación.

A Juan Manuel Santos y a las Farc, debemos darles una gran lección en las próximas elecciones Departamentales y Municipales, porque no les podemos seguir permitiendo que sigan empujando a Colombia por el abismo del crimen, el soborno, la humillación y el secuestro, la unión de las fuerzas democráticas  opositoras debe ser nuestra consigna, y todos quienes la conformamos podemos construir una fuerza indetenible que nos permita lograr la mayoría, que aun teniendo visiones distintas nos une un objetivo común que es cambiarle el rumbo a Colombia, acabando con el narco-terrorismo y abriendo caminos de esperanza para lograr el cambio que reclama la gente.

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