Unámonos por Isagén

Esta empresa es un valioso patrimonio ambiental de 23.000 hectáreas de bosques y espejos de agua.

Los periodistas unidos en todas las ciudades colombianas podemos salvar al país de la barbarie que significa la venta de la participación accionaria del Estado en Isagén. Hagamos movilizaciones, actuemos. No despertemos cuando nuestro recurso natural más vital y estratégico –el agua– esté en manos de extranjeros.

En Medellín, algunos periodistas ya iniciamos la tarea de hablar públicamente en nombre de la gran mayoría de los ciudadanos colombianos, que no entienden cómo este gobierno quiere vender un patrimonio sagrado, y lo estamos haciendo también a nombre propio, porque entendemos que como ciudadanos y como periodistas nos asiste una doble obligación de levantar la voz.

El miércoles 25 de marzo, día de la asamblea de Isagén, la Mesa Pública de Medellín nos citó a una rueda de prensa para expresarnos, una vez más, los argumentos que tiene para actuar por el no a la venta de la empresa y nos recordó a los representantes de los medios que el poder de la prensa es definitivo para este empeño. Acto seguido hubo un plantón frente al Centro de Convenciones, donde se celebraba la asamblea de accionistas de la empresa.

Hasta allí llegué y me encontré con un número significativo de personas de sindicatos y otras organizaciones de base que hacían proclamas con la consigna: “No a la venta de Isagén, una empresa eficiente, sostenible y estratégica”.

Mientras saqué mi cacerola para protestar y gritar a los accionistas que llegaban al recinto que no guardaran silencio contra este atropello por un patrimonio que es de todos, me pregunté dónde estaban los medios de comunicación, dónde estaban los profesionales que hemos pasado por una universidad y comprendemos cuál es la magnitud de lo que se está feriando, dónde están los gremios y dónde está la ciudadanía. Tanta pasividad duele y hace daño.

La Mesa de Medellín emitió una declaración donde se afirma que Isagén debe seguir siendo un patrimonio de la Nación y del municipio de Medellín, y anunció que los miembros de este colectivo adelantan acciones de diversa índole para detener tal tragedia. La labor de esta mesa ha sido persistente y rigurosa en este propósito. En su declaración pública, reitera que Isagén posee un valioso patrimonio ambiental que corresponde a más de 23.000 hectáreas de bosques y espejos de agua, con una riqueza biótica de incalculable valor.

Además, que Isagén, en su plan de expansión, adelanta los estudios de siete nuevos proyectos energéticos entre hidroeléctricas, geotérmicas y eólicas que aumentarán la capacidad instalada de la empresa en 3.500 MW. Insiste el comunicado en que lo preocupante de la decisión del Gobierno es que los recursos de la venta de Isagén servirán para alimentar el Fondo Nacional para el Desarrollo de la Infraestructura (Fondes), recursos que se utilizarán para financiar a los privados en la construcción de carreteras, lo cual hace que el Gobierno cambie un valioso y estratégico activo de la Nación para crear instrumentos financieros, lo que desvirtúa lo dicho por el Ministro de Hacienda de cambiar un activo por otro.

La declaración fue firmada por organizaciones políticas, sociales y académicas y por concejales y diputados de Medellín y Antioquia. Yo, por mi parte, insisto en motivar a mis colegas de los medios de comunicación del país para que nos organicemos, hagamos más declaraciones y pongamos fechas para que en esta Pascua hagamos plantones, cacerolazos, comunicados, debates, sin tintes políticos de ninguna índole, e invitemos a la comunidad reflexiva a unirse en un solo grito: no a la venta de Isagén.

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