¿Velocidad o seguridad?

La solidez de los acuerdos de paz reside en la política más que en lo jurídico. Lo que realmente blinda y otorga seguridad a los firmantes del acuerdo son los pactos políticos, vale decir, los consensos más que el mero trámite legal.

Por eso creo que con la decisión de la Corte Constitucional de aprobar el denominado fast track y, por su parte, la “refrendación” de los mismos en sede parlamentaria, se ha pisoteado una vez más la voluntad popular y socavada la credibilidad de la Corte que hasta hace algunos años fungía como dique iluminado para evitar los desmanes del poder.

A mi juicio, del comunicado de la Corte se puede colegir que para que el denominado fast track sea constitucional a éste debe anteceder la refrendación popular, y me refiero a la refrendación popular tal y como fue prometida por el Jefe de Estado y tal como sirvió de motivo para la expedición del acto legislativo que contiene el fast track, es decir, una votación directa y a nivel nacional. Empero, la Corte debió haber sido mucho más clara y contundente en ese sentido y evitar la cantidad de interpretaciones que se han venido dando sobre el particular.

En efecto, tal y como lo expresó el magistrado Guerrero en su salvamento de voto, un asunto tan sensible y que afecta de manera tan grave la estabilidad y conservación del orden constitucional no podía darse sin refrendación popular amplia y directa de por medio. En mis palabras, no es cierto que la Paz (aquél derecho equívoco y aún por definir) lo pueda todo, sea un derecho supra constitucional, sea un derecho contra mayoritario y sea un derecho absoluto e ilimitado. Total, en nombre de la paz no se puede sustituir la Constitución, ni mucho menos quebrantar el sistema de pesos y contrapesos sobre el cual descansan las más caras libertades individuales.

Para acabar con lo poco que habíamos construido de Estado de Derecho no les ha bastado con (i) pasar de una paz de sometimiento a una paz negociada; (ii) con volver un referendo un plebiscito; (iii) con manosear el umbral electoral; (iv) con elaborar una única y maniquea pregunta; (v) con evitar el voto en blanco; (vi) con sustituir la constitución de 1991 a través de un acuerdo especial internacional y un bloque de constitucionalidad y, ahora, (vii) con “pupitrear” mediante el fast track todo lo que se diga que contiene el desarrollo de los acuerdos.

Para la seguridad física de los desmovilizados bastaba con aprobar de manera consensada una amplia ley de amnistía e indulto, para lo cual todas las fuerzas políticas, incluidas las de la oposición estaban prestas. Y para ofrecer garantías a los máximos terroristas era menester contar con la legitimidad propia de los consensos políticos, cosa que desafortunadamente no ocurrió, entre otras cosas, por hacer prevalecer la velocidad antes que la seguridad.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar