Venezuela 1999, Colombia 2015

Confieso mi miedo existencial a que Colombia caiga en muy corto plazo en las garras del castro comunismo, disfrazado con el nombre de Socialismo del Siglo XXI. Presiento que la lucha de unos poquísimos, entre los que me incluyo, por alertar desde los inmediatos días post-golpe del 4 de febrero de 1992, del grave peligro que se cernía sobre el país, se está repitiendo ahora aquí, pues los pocos que alertamos de que ese peligro se está observando en Colombia, al igual que en la Venezuela de la época, se nos tilda de fanáticos o cuando menos de exagerados. Está claro que el método ideado por el Foro de Sao Paulo utilizado por primera vez en Venezuela, al resultarles exitoso, se copió en los varios países en los cuales, con las diferencias lógicas locales, se ha implantado el socialismo del siglo XXI.

En síntesis el método es:

Para poder llegar al poder democráticamente se debe crear un ambiente socio-político adecuado consistente en:

– Alto desprestigio de las instituciones.

– Debilitamiento de los partidos políticos.

– Crisis económica.

– Turbulencias sociales.

– Aparición de un “outsider”

En Colombia, debido a la presencia de Álvaro Uribe esta estrategia ha tenido que ser adaptada, infiltrando a JMS, y una vez éste llegó al poder si implementar la estrategia inicial. Todas las condiciones arriba planteadas ya existen en Colombia, y al igual que en Venezuela, en donde Caldera hizo el rol de Kerenski, Santos lo está haciendo acá, para lograr que un “outsider” gane las elecciones en 2018. En ese país el leitmotiv fue la corrupción, acá lo es la paz. Se crea un ambiente propicio para que en la opinión pública germine un estado crítico a favor de una causa que les permita ganar con ese “ outsider”, allá fue acabar con la corrupción, acá lograr la paz. Una vez en el poder, se coopta los otros poderes, las instituciones de la sociedad civil, se persigue judicialmente a los opositores y se convoca una Constituyente para diseñar un régimen a la medida de sus pretensiones.

En la Venezuela de 1999, ya se había logrado tomar el poder por la vía democrática, y ante la parálisis de las fuerzas democráticas, tanto las políticas como las de la sociedad civil, se había cooptado los otros poderes, los partidos y los gremios y ya se había convocado a la Constituyente.

En la Colombia del 2015, ya tienen en el poder el Kerenski colombiano, Juan Manuel Santos, ya el ejecutivo tiene cooptados los gremios, el sistema de partidos, los medios de comunicación y se abolió la división de poderes, puesto que el legislativo y judicial, siguen a pie juntillas las órdenes de la casa de Nariño. Cabe destacar que la columna vertebral de la implantación del régimen la cual es la aniquilación de la oposición vía la inhabilitación judicial, ya se inició acá y está a cargo del Fiscal Montealegre quien efectúa una tenaz persecución jurídica a los líderes de la oposición, léase el uribismo.

Solamente falta para la apropiación total del poder por parte del Foro de Sao Paulo y la implantación del Socialismo del siglo XXI, las dos últimas fases: 1) elección vía fraude electoral de una Constituyente y 2) Adopción de una Constitución hecha a la medida de las pretensiones del Socialismo del Siglo XXI. El primer paso ya se inició con la implantación gradual del voto electrónico, en las elecciones del 2014, se hizo un fraude piloto con la biometría; del segundo paso ya se le está abriendo la posibilidad, a través de la imposición de la Constituyente a Juan Manuel Santos por parte de las Farc.

La esperanza es lo último que se pierde, y por eso soy medianamente optimista por la presencia de dos factores que pienso lograrán impedir el SSXXI en Colombia:

1) Acá hay un líder destacado, que tiene claro el problema y por lo tanto hará lo indecible para impedirlo, Álvaro Uribe Vélez.

2) Acá las fuerzas armadas no están infiltradas por el castro comunismo y considero que no caerán en la tentación de la mermelada.

Que sirva este aviso como un llamado urgente al uribismo a abocarse a una lucha de frente contra la implantación del Socialismo del Siglo XXI en Colombia, en Venezuela el Foro de Sao Paulo llegó por sorpresa, acá estamos más que alertados y en guerra avisada no muere soldado, mucho menos un mariscal de la democracia como lo es el presidente Uribe.

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