Contaba con ese jurista espléndido, especializado en las corrientes más avanzadas del derecho.

Fui partidaria en estas mismas páginas de que el período de la actual Fiscalía se extendiera, para que no quedara al vaivén institucional del fracaso de su antecesora, Viviane Morales. Contaba con ese jurista espléndido, inteligentísimo, especializado en las corrientes más avanzadas del derecho penal en el mundo, como es Eduardo Montealegre.

Sin embargo, lo he seguido con preocupación desde sus primeras actuaciones. No por haberse equivocado –eso puede pasar–, como en el caso de Sigifredo López. Sino por haber anunciado previamente, cuando la vanidad no está educada para resistir los cantos de sirena del periodismo, que el país se iba a estremecer con unas revelaciones que venían. Pidió un gallardo perdón.

Pero Montealegre amaneció en su cargo tomando partido en el proceso de paz, cuya conducción, en cualquier país, es de inspiración política. Si por ese conducto se derivan cambios legislativos o constitucionales, pues el Fiscal es el garante de que se cumplan. Él traspasó esa raya. Hoy, del Fiscal solo puede esperarse que cuadre sus teorías constitucionales y legales sobre las penas de los cabecillas de las Farc con el Gobierno que llegue, especialmente si es el de Santos.

Pero el episodio del hacker ha sido de lo peor. No es serio que una de las principales acusaciones de la Fiscal 56 contra el hacker Sepúlveda sea “atentar contra la seguridad del Estado”, porque dizque estaba espiando a alias ‘Rochi’, amante de alias ‘Kadafi’, cabecilla del frente 34 de las Farc.

¿Fue Montealegre quien infiltró al hacker español Revert? (El cuento de que fue Revert el que se infiltró a sí mismo para espiar a Zuluaga no se lo cree nadie.) ¿Revert espiaba al hacker Sepúlveda o al candidato Zuluaga? ¿Por qué hay dos videos de “estatus” distintos filtrados, uno a Semana recortado y editado por ellos en una decisión muy discutible, y otro completo a EL TIEMPO? ¿El dedo que dirige las filtraciones viene de la Fiscalía o de Inteligencia Militar? Si lo primero, gravísimo, porque es un Fiscal tomando partido por la actual campaña, dada la oportunidad de que el video publicado perjudique al candidato Zuluaga. Si lo segundo, pues es el propio Gobierno espiando a su contendor. Espantoso.

El contrahacker dice haberse entregado un miércoles con todo su material, que el viernes ya estaba selectivamente filtrado en los medios, una semana antes de la campaña presidencial más reñida de los últimos tiempos. Se trata de información judicial que comenzó a circular paralelamente con una entrevista de las que le fascinan al Fiscal, en la cual emitió juicios de valor sobre conductas que no necesariamente demuestran los documentos filtrados. Eran conjeturas plausibles, por ejemplo, de que Zuluaga estaba saboteando el proceso de paz, pero no se podían lanzar tales conclusiones antes de que ni siquiera existiera un cuestionable peritazgo (por las múltiples versiones que se irradiaron) sobre la validez del video. ¿Lo que se buscaba era informar a la opinión pública de manera fragmentada, o interferir un proceso político?

Por este camino, la actual Fiscalía da todos los indicios de estar apartándose de su misión de ser la garante de reprimir el delito, para convertirse en un organismo no solo de formulaciones políticas, sino burocráticas.

Es evidente el paternalismo que ejerció el doctor Montealegre sobre la escogencia de su exasesora la magistrada Gloria Ortiz en la Corte Constitucional. Ahora gravita sobre las posibilidades de llevar al magistrado Camilo Tarquino a la Contraloría. Y más de dos mil puestos entran al baile de estos fines.

Delicado si es Santos el Presidente, pues tendrá que gobernar infinitamente agradecido con el Fiscal General. Delicado si el Presidente es Zuluaga, pues tendrá que gobernar aterrorizado. Y más delicado para el país un Fiscal que produce tantas dudas.

Entre tanto… Si gana el presidente Santos, estará al otro día fiscalizado por miles de ojos, incluyendo estos.