Yahir, el acusador mayor

Se llama Yahir Acuña, es de Sucre y tiene 33 años. Llegó a la Cámara de Representantes de la mano de Salvador Arana y la Gata, ambos condenados a 40 años de cárcel por homicidio.

En una jugada fríamente calculada se hizo elegir miembro de la Comisión de Acusación, desde donde despliega su poder; asume personalmente investigaciones que le son políticamente rentables, como la del expresidente Uribe —yidispolítica, chuzadas y el fallo de La Haya—.

Sabe el poder que tiene y pela los dientes cuando toca. Poder nacido de una Comisión en la que al lado de 15 ilustres desconocidos, tiene bajo su lupa al presidente, a expresidentes, magistrados de las altas cortes y al fiscal general. Será por casualidad que Yahir Acuña es uno de los pocos congresistas, tal vez el único, que a pesar de estar investigado por la Corte Suprema —acusado por el paramilitar Diego Vecino de ser el enlace en la Universidad de Sucre, de las autodefensas y del hoy condenado Salvador Arana—, sigue en libertad, fresco, con su maquinaria clientelista operando a todo vapor en las actuales elecciones. Tanto así, que el hijo de Luis Alfredo Ramos pidió que a su papá se le diera el mismo tratamiento que a Acuña.

Lo cierto es que el poder que ha sabido ejercer en Bogotá le dará abundante cosecha de votos el próximo 9 de marzo, cuando aspira coronarse como el nuevo barón electoral de Sucre. Para el efecto creó el movimiento 100% por Colombia, una empresa familiar con sus parientes en los cargos directivos. Espera ganar las cuatro curules de Cámara que le corresponden al departamento e indirectamente tendrá presencia y poder electoral en otros departamentos de la Costa, gracias a alianzas o, mejor, negocios electorales, con los senadores Efraín Cepeda, Nora García, Ñoño Elías, José David Name, Musa Besaile y Eduardo Pulgar, quien busca quedarse con la curul que le cedió su esposa de Karime Mota.

Su poder en la Comisión de Acusación tocó las puertas del Palacio de Nariño y fue, obviamente beneficiado generosamente con la famosa mermelada. Según el portal www.las2orillas.co, le entregaron ocho proyectos de carreteras terciarias —las que les llegan a las veredas, donde están los campesinos y los votos— con un valor de los contratos de $14.000 millones en su departamento (municipios de Caimito, Colosó, Sucre y Tolú Viejo), pero también en los lejanos para él Casanare y el Valle del Cauca. ¿Cuál puede ser su rol en esos departamentos, distinto a tener la oportunidad de intermediar contratos para obtener prebendas económicas y alianzas locales? De allí los rodos de dinero que ha invertido Acuña en su campaña, que se hacen evidentes en la toma publicitaria del departamento, sin mencionar los acuerdos en especie con líderes locales, difíciles de probar.

Una verdadera perversión de la política y la democracia, alimentada desde la propia Casa de Nariño, que unida a la manipulación que logran hacer de ese engendro llamado Comisión de Acusación, puede convertir a Yahir Acuña en uno de los mal llamados fenómenos electorales, que no son otra cosa que el fiel reflejo del degradado sistema de participación política colombiana, que parece estar tocando fondo.

Adendum: Sorprendente la Bienal de Arte Contemporáneo de Cartagena por la calidad de las obras, pero sobre todo por los lugares que descubrieron para exponerlas.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar