Yo quisiera…

De verdad, yo quisiera tratar temas diferentes al de la asustadora situación que vivimos en Colombia.

Quisiera tratar temas de ciudad que me apasionan. El preocupante de la movilidad, los Parques del Río tan importantes, las vías, la valorización, las congestiones en el barrio Belén y tantos otros que se presentan.

Quisiera tratar el tema de las autopistas de la prosperidad, entre ellos, el de la carretera a Urabá, la más importante, la última en adjudicar cuando ya no hay recursos para hacerla. Nos muestran en la propaganda estatal por la TV grandes autopistas con pasos a desnivel, como deben ser, puentes para obviar grandes vueltas, autopistas de verdad. De Antioquia no han mostrado nada, es que no hay que mostrar. Nada han dicho si los departamentos y la capital han puesto parte de los recursos como hay que hacerlo en este departamento para que hagan las obras o, por lo menos, nos digan que las van a hacer. El preocupante tema de Electro Caribe con tantos matices para que la situación que se presenta ocurra. En fin, temas de actualidad que nos deben preocupar.

Pero ante la continua cortina de humo y la vertiginosa caída de Colombia en diferentes temas, me obliga a ser casi que monotemático para molestia de los críticos mermelados.

Vivimos en un mundo al revés o, mejor, en una Colombia al revés. Así venimos desde hace cinco años. Escuché, en estos días, las declaraciones de un director del medio ambiente de uno de los departamentos del país, quejarse por los daños ambientales causados por los derrames de petróleo. Los desastres causados a las tierras cultivables, a las fuentes hídricas, a los peces, a los animales del monte. Daño que demorará muchas decenas de años para recuperarse. La periodista le preguntó qué iban a hacer para que esto no vuelva a ocurrir. Contestó que hablaría con los empresarios del petróleo para ver cómo podían solucionar esta situación, como si ellos fueran los responsables del desastre.

Ellos, los empresarios cumplen con las normas que se les exigen para la protección ambiental. Los responsables del desastre son los terroristas, narcotraficantes y ellos son los que deben responderle al país por esos daños causados.

Ellos asesinan y quienes nos defienden de los asesinos están en la cárcel. Ellos acaban con las selvas para sembrar coca y Juanpa (como le gusta que le digamos) suspende el combatirlos con las fumigaciones aéreas para no molestarlos. Ellos le dan el tiro de gracia a un coronel y a un patrullero indefensos y Juanpa (como le gusta que le digamos) dice, con la sonrisita de tahúr, que tiene rabia por lo ocurrido. Incendian buses de pasajeros, tractocamiones con carga, reclutan menores de edad, dejan sin energía a los puertos sobre el Pacífico y Juanpa (como le gusta que le digamos), tranquilo en Europa (sin rabia) buscando el apoyo para la entrega de la patria a los terroristas que ya igualó con nuestras fuerzas institucionales del orden.

¿No habrá alguien que nos pueda salvar? Yo quisiera que lo hubiera.

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