El alza del dólar empieza a repercutir en las empresas de países emergentes

El fortalecimiento del dólar está presionando a las empresas de los mercados emergentes, desde Brasil hasta Tailandia, las cuales afrontan costos más altos sobre su deuda en la moneda estadounidense.

El dólar se apreció más de 7% desde enero hasta el penúltimo día del año frente a un grupo de monedas de mercados emergentes seguidas por el Banco de la Reserva Federal de St. Louis. Aunque el alza de la divisa perjudica a muchas compañías, el dolor es más intenso en las empresas de economías emergentes que emiten bonos en dólares en lugar de moneda local.

El fortalecimiento del dólar encarece los pagos de la deuda y la cancelación de los bonos a medida que se vencen. Esto comienza a socavar las ganancias de numerosas empresas, obligando a algunas a acudir a sus reservas de emergencia y podría producir cesaciones de pagos de algunos bonos corporativos, advierten analistas.

Para algunos economistas, la creciente presión evoca la crisis de la deuda externa en América Latina durante los años 80 y la crisis asiática de los 90, cuando el fortalecimiento del dólar ayudó a generar caídas en el crecimiento económico y en los precios de bienes raíces, materias primas y otros activos.

“El tránsito de los inversionistas se está volviendo prácticamente unidireccional hacia EE.UU.”, afirma Nikolaos Panigirtzoglou, estratega de mercados globales de J.P. Morgan Chase & Co.

Muchos de los mismos países han vuelto a ser vulnerables, pero pocos analistas e inversionistas predicen una crisis de proporciones. Más de dos tercios de la deuda circulante de empresas de los mercados emergentes es considerada de alta calidad por las principales firmas calificadoras, es decir, que el riesgo de que caiga en cesación de pagos es bajo.

Mientras tanto, algunas empresas tratan de protegerse de posibles impactos negativos al emitir al menos parte de sus bonos en moneda local. “No creo que sea un problema sistémico”, dice Samy Muaddi, gestor de portfolio del gigante de los fondos de inversión T. Rowe Price Group Inc.

Las compañías de mercados emergentes emitieron un récord de US$276.000 millones en bonos denominados en dólares entre enero y el 30 de diciembre de 2014, según el proveedor de datos Dealogic. Las colocaciones se dispararon después de la crisis financiera conforme los deudores aprovecharon las tasas de interés sumamente bajas establecidas por la Reserva Federal y otros bancos centrales.

Los países también han acudido en masa a los mercados de bonos denominados en dólares y el fortalecimiento del dólar encarece el servicio de sus deudas. No obstante, analistas reconocen que muchos países están en mejor posición para resistir los embates del dólar debido a que tienen mayores reservas que antes.

La deuda en circulación de empresas y gobiernos asciende a US$6,04 billones (millones de millones), casi cuatro veces el nivel de la crisis financiera de 2008, según Dealogic.

Los resultados del cuarto trimestre, que las empresas divulgarán en enero, mostrarán hasta qué extremo el alza del dólar está perjudicando a las empresas de las economías emergentes.

Las ganancias de muchas compañías de América Latina probablemente sentirán el impacto, dice Eduardo Uribe, quien supervisa las evaluaciones de deuda corporativa en la región para la calificadora de riesgo Standard & Poor’s Ratings Services, una filial de McGraw Hill Financial Inc.

Muchos mercados emergentes también están siendo vapuleados por la caída en los precios de materias primas como el petróleo y el cobre y una desaceleración económica. Los mercados de deuda en países emergentes sufrieron recientemente una de sus peores olas de ventas desde la crisis financiera, según el índice de deuda de mercados emergentes en dólares de Barclays PLC.

La rupia de Indonesia, el peso chileno, el real y la lira de Turquía rondan sus mínimos de varios años. El banco central de México compró hace unas semanas pesos para impedir que la caída del peso arrastre a la economía.

Luca Paolini, estratega jefe de Pictet Asset Management, dice que la firma redujo hace unos meses su exposición a la deuda corporativa de mercados emergentes ante las preocupaciones sobre una posible caída. “Puede haber una mayor volatilidad en 2015 y no podemos descartar algún acontecimiento que genere mucho pánico”, observa.

Abundan los temores sobre Rusia, donde el rublo se ha devaluado significativamente conforme la economía absorbe las sanciones de Occidente y el derrumbe en la cotización del petróleo. Lubomir Mitov, economista jefe de Europa en el Instituto Internacional de Finanzas, una entidad que agrupa a la banca, predice “una amplia ola de cesaciones de pagos de empresas” en Rusia en 2015.

A medida que los inversionistas venden monedas, acciones y bonos de los mercados emergentes y compran dólares estadounidenses, las divisas locales corren el riesgo de seguir depreciándose.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional de Pagos, dos de las principales instituciones financieras del mundo, han advertido que la agitación en los mercados cambiarios puede conducir a cesaciones de pagos de empresas y colapsos en los precios de los activos alrededor del mundo. Algunos analistas esperan que el FMI reduzca su proyección de crecimiento a cinco años para los mercados emergentes.

El productor brasileño de azúcar Virgolino de Oliveira SA tiene problemas para pagar su deuda ante la caída en los precios del commodity. La calificadora de riesgo Fitch Ratings, una filial de Hearst Corp. y Fimalac SA, advirtió hace unas semanas que la empresa brasileña probablemente entrará en default en los próximos meses sobre una cuantiosa deuda que incluye bonos denominados en dólares. La compañía no respondió a solicitudes de comentarios.

Shweta Singh, economista sénior de la firma de investigación Lombard Street Research, prevé que el dólar siga fortaleciéndose a medida que la economía estadounidense se consolida y los mercados emergentes siguen luchando para reactivar el crecimiento. “Las cargas de deuda de los mercados emergentes se intensificarán”, indica.

Si los problemas se agravan, podrían perjudicar a los inversionistas que conservan grandes posiciones en los países emergentes. En general, las inversiones en los mercados emergentes por parte de actores externos han crecido tanto que sería difícil durante una sacudida de dichos mercados que los inversionistas vendieran sin hacer caer los precios en forma considerable, aseveran muchos analistas.

—Nicole Hong contribuyó a este artículo.

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