El ‘caballo de criolla’

La más fervorosa oposición de Santos no está en el Centro Democrático, ni en el Polo, ni mucho menos en el Progresismo… está en sus amigos de las Farc.

Como si estuviéramos en una versión criolla de ‘El Caballo de Troya’, los tramposos terroristas guerrilleros se hicieron muy cercanos al presidente Juan Manuel Santos y empezaron a hacerle creer que podía pasar a la historia de la humanidad como el mandatario que logró firmar la paz con ellos. Lo convencieron incluso que el Nobel de Paz estaría en sus manos tarde o temprano.

Sus sanguinarios cabecillas han viajado a Cuba para escapar del cerco del Ejército y evitarse una muerte o su captura. Han tomado mojitos, han comido moros y cristianos, han descansado en catamarán y han dado ruedas de prensa como grandes líderes de opinión; sin embargo, ni han demostrado intención de hacer la paz reconociendo a las víctimas, ni han parado de atentar contra la población civil.

Ayer en la vía Panamericana (exactamente en el km 69 cerca a Santander de Quilichao), nuevamente hicieron gala de sus gestos unilaterales de paz: pusieron un artefacto explosivo que voló la mayor parte de la carretera y dejó parcialmente incomunicado al occidente de Colombia. Afortunadamente –y solo por esta vez– sus grandiosos actos no dejaron víctimas fatales.

Cada vez que pasa algo así recordamos la famosa frase del presidente: “El proceso de paz puede peligrar si las Farc atentan contra algún ciudadano importante”. Claramente nos enteramos que acá algunos son de primera y otros (la mayoría) somos de segunda o tercera. Cada atentado nos condena a vivir el sueño de Juan Manuel Santos a ser Nobel, cuando en realidad es una nueva pesadilla.

En vísperas electorales estos actos nos hacen ver cómo hasta al tramposo mayor le hacen trampa. Las Farc se metieron en su cabeza, le sembraron una idea y todos debemos pagar por esto.

Sin embargo nada de esto parece hacer cambiar de posición al primer mandatario; las Farc les han hecho conejo a los diálogos, se han reído en la cara de las víctimas, trafican droga, cometen delitos, reclutan menores, asesinan y atentan contra el país. Se nos metieron en un ‘caballo de criolla’ y nos están acabando con el país.

Nuestro país iba mejorando, ahora sí que le falta mucho por rehacer.

Por si acaso: para la ministra de Ambiente, Luz Helena Sarmiento, cree que la muerte de 6 mil chigüiros en el Casanare no es grave ni tampoco una tragedia ambiental. No sé si es un comentario insensible, uno que demuestra desconocimiento en su cartera o si simplemente es una forma de buscar figuración para tener que explicar lo inexplicable. En cualquier caso queda mal. ¡Ay, ministra!

@tatacabello

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