De acuerdo con las cifras de Medicina Legal citadas en el editorial “Deponer las armas” (El Espectador, 26/06/16), el total de muertes violentas en Colombia durante 2014 fue de 11.795. De ellas, 546 vinculadas con el conflicto armado. El resto se reparte en 2.242 debidas a ajustes de cuentas y riñas, violencia intrafamiliar, atracos, etc., y 8.807 sin causa establecida, para un total de 11.795. Eso significa 4,6 % de muertes violentas a causa del conflicto, 20,7 % por la violencia cotidiana y un monstruoso 74,7 % de occisos que quedan sin explicación.
Como se sabe, los datos varían de acuerdo con las fuentes consultadas. Por ejemplo, según el informe del Ministerio de Defensa, Logros de la política de defensa y seguridad (abril de 2016), entre los años 2007 y 2015 hubo en Colombia cerca de 10.000 muertos a causa del conflicto, lo que daría unos 1.110 cada año, cifra que duplica la de Medicina Legal. Sin embargo, como el total de muertos no varía, eso significaría, para el año 2014, que 9,4 % de las muertes violentas son debidas al conflicto (la diferencia podría estar incluida en las muertes sin causa establecida). En cualquier caso, pues, podríamos decir que, en lo que va corrido del siglo, las muertes violentas en Colombia por causa del conflicto armado están muy por debajo del 10 % del total de homicidios.
Ahora bien, tomemos para las muertes por el conflicto un número anual intermedio alto entre los dos extremos citados, como 900. Dado que el país cuenta actualmente con cerca de 49 millones de habitantes, eso implicaría que hay una cantidad de víctimas anuales de cerca de 18 por cada millón de habitantes.
Pero no podemos dimensionar nuestro conflicto si no lo comparamos con otros conocidos. Hagámoslo con el de Siria. De acuerdo con el Syrian Centre for Policy Research, en los primeros cinco años de guerra en Siria ha habido cerca de 470.000 muertos, para un promedio anual de 94.000. Como la población de Siria era hace cinco años de unos 19 millones, eso nos da 4.947 bajas anuales por cada millón de habitantes. Lo que implica que por cada víctima mortal a causa del conflicto en Colombia, la guerra en Siria produce 275 (¡doscientas setenta y cinco!).
¿Se justifican, entonces, las rimbombantes celebraciones de estos días por la finalización de un conflicto que, a pesar de haber producido mucho dolor en quienes han sido sus víctimas directas, afecta sólo a una ínfima porción de la población del país, y que muy probablemente no cambiará nada a escala apreciable? ¿No estaremos siendo víctimas todos los colombianos de un colosal engaño?
