PETRO Y SU POPULISMO

Los cínicos reprueban hasta la sombra del que los vigila. Por eso la histórica destitución e inhabilidad impuesta por el señor Procurador de la nación, Alejandro Ordoñez, a Gustavo Petro a quien sus triunfos lo envalentonaron e incrementaron su vanidad, a tal punto que en numerosas ocasiones ha perdido su objetividad, y le ha generado falsas expectativas sobre su real capacidad administrativa. La distorsionada campaña en Colombia y  el exterior, en contra del señor Procurador, alimentada desde La Habana con la anuencia de representantes del gobierno, a pesar de tantas manipulaciones, los  colombianos en una mayoría determinante, apoya la destitución del Alcalde de Bogotá  y la inhabilidad para ejercer cargos públicos.

El fracaso moral de la política del Polo y sus políticos, arrastra lo mejor de sus seguidores al vacío ético y moral como si fuese algo normal de la época, como un acto puramente farandulero sin importancia, mientras la plutocracia nos ahoga en indelicadezas, convirtiéndonos en una sociedad vacua, carente de metas que sean honorables. Esta clase que ha dirigido a Bogotá durante tres periodos, nos ha conducido al peor depósito de inmundicias, hacia donde arrastran con un cinismo y clientelismo salvaje y enfermizo a lo mejor de esta capital.

La cabeza visible del poder fáctico, que pretende manejar la política interior y exterior del país, se ha manifestado desde la Fiscalía General de la Nación y el Ministerio de Justicia, a través de los plenipotenciarios de La Habana, siendo tan atrevidos que hablan de Derechos Humanos, que han pisoteado y moldeado a su imagen y semejanza siendo su mayor éxito, su  peor vergüenza, pero que lamentablemente al ser oxigenados en el gobierno Santos, varios países les están comiendo cuento, por el montaje, repitiendo prácticamente el mismo discurso de hace cincuenta años haciéndose los perseguidos y ahora respaldan al “omnipotente” Petro, no porque estén de acuerdo con él, sino porque es el momento político para exprimir dividendos.

Burda manipulación de este sector a la opinión pública nacional e internacional que con sus tentáculos mediáticos, utiliza como  tontos útiles a algunos indígenas y a empleados distritales que se han sumado, sin advertirlo, a una campaña anti-nacional con gran irresponsabilidad.

Petro no supo asumir sus funciones por su incapacidad para gobernar, ahora trata con sus mentiras convertir nuestra nación en un país con dos etnias a través del canal Capital, y así quitar presión a su destitución, y, ante la comunidad internacional rehuir su responsabilidad con la ciudad más importante del país.

Ya es hora de pasar la página, que el Gobierno Santos actúe de acuerdo a la constitución, respetando la inmaculada  decisión tomada por el señor Procurador quien debe continuar librando la batalla contra la ineptitud de algunos funcionarios, en el manejo de la cosa pública y la desinformación en el escenario internacional, pero no permitamos que una facción política, sin pueblo y sin partido, desvíe a esta nación y su Gobierno de los objetivos de progreso y superación de la pobreza.

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