¿Ambientando una constituyente?

El fantasma de la constituyente ha estado rondando a Colombia desde antes de que Petro ganara las elecciones en 2022.

Ese es uno de los grandes temores que embarga a los millones de ciudadanos que votaron en contra de Gustavo Petro, pues todos los países de la región que han sido gobernados por la extrema izquierda han sido sometidos al cambio integral de su constitución.

Petro arrancó su gobierno con una inocultable fortaleza en el Congreso. Logró consolidar una coalición parlamentaria que aparentemente era indestructible. Prueba de ello fue el trámite y aprobación express de la reforma tributaria durante los últimos meses de 2022.

Pero la luna de miel con el Congreso se le está acabando al gobierno. El primer campanazo fue el retiro abrupto del proyecto de reforma política. El articulado presentado por el gobierno no fue de buen recibo por los legisladores que empezaron a hacer modificaciones que, en vez de aclarar, oscurecieron el asunto.

El ministro de Interior Alfonso Prada se vio forzado a pedir el retiro del proyecto.

Una muestra de debilidad en el peor momento para el petrismo que, paralelamente está impulsando las brutales reformas a la salud y laboral, dos proyectos que despiertan pánico en la sociedad.

Y los congresistas no son ajenos a las preocupaciones de sus electores.

Si Petro y los suyos estuvieran tranquilos, no estarían permitiendo que personas que hacen parte del llamado ‘Pacto Histórico’ estén amenazando con la convocatoria de una asamblea nacional constituyente y con el cierre del congreso, como ha dicho el pastor Alfredo Saade, un sujeto inferior en la política pero que fungió como precandidato presidencial del grupo que llevó a Petro a la presidencia de la República.

A Saade se ha sumado la siniestra Piedad Córdoba, mujer reconocida por sus andanzas en el mundo de la criminalidad y cuyo hermano hoy responde en una corte de los Estados Unidos por el tráfico de toneladas de cocaína.

En una columna de opinión Córdoba, conocida en las filas del terrorismo con el alias de ‘Teodora Bolívar’, hizo un recuento de lo sucedido con la reforma política para concluir que se hace necesario una constituyente para sacar adelante el proyecto de la extrema izquierda.

A las palabras de la congresista se suma el mensaje intimidante del presidente del Senado Roy Barreras quien declaró en una entrevista que “de manera delirante e irresponsable pretenden que se hundan las reformas para generar otro estallido social, que solo inauguraría otro ciclo largo de violencia”.

Es evidente la alevosía con la que la extrema izquierda desconoce el principio de la separación de poderes. Es cierto que a Petro lo eligieron unas mayorías precarias, pero también lo es que el pueblo votó por el actual Congreso de la República precisamente para que Senadores y Representantes se encarguen, de manera libre, de ejercer su función legislativa y de control político al Ejecutivo.

Si las cosas le continúan saliendo mal a Petro en el Congreso, ¿va a ordenar la demolición Capitolio Nacional? ¿Va a incendiar la democracia, como hizo el M-19 con la justicia cuando entró a sangre y fuego al Palacio de Justicia?

Preocupantes las palabras de los aliados de Petro respecto de la constituyente, indignante la amenaza de Roy Barreras y alarmante el silencio de Petro frente a unos y otro. ¿Por qué no aprovecha su adicción al Twitter para desautorizar a Saade y Córdoba, dos indigentes morales que andan al lado del gobierno? ¿Por qué no se desmarca de las advertencias de Barreras?

¿Ambientando una constituyente?

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