Chivo expiatorio

No se comprende la condena impuesta a Andrés Felipe Arias a 17 años de cárcel, sino como el sacrificio de un “chivo expiatorio”, para agraviar o desacreditar la política del expresidente Álvaro Uribe Vélez.

Se sabe que el Programa de Agro Ingreso Seguro y los préstamos que dentro de él se aprobaron, se ajustaron  a las normas previamente expedidas por el Congreso de la República y cumplieron  con  los porcentajes previstos, entre los cuales figuraba un 2 % para grandes propietarios de tierras. Se beneficiaron 316.000 familias de pequeños y medianos agricultores, logrando incorporar a la producción agropecuaria un millón de nuevas tierras que produjeron cinco millones de toneladas de alimentos.

La adjudicación de tales préstamos se seleccionó y aprobó por el IICA, entidad internacional dependiente de la OEA, y que como asesora externa y mediante convenio con el Ministerio de Agricultura realizó dicha tarea autónomamente.

Se le imputa al exministro Arias la violación al Estatuto de Contratación por haber realizado dicho convenio, sin previa licitación, tal como el mismo Ministerio lo ha ejecutado en 160 veces anteriores por diferentes gobiernos y Ministros, cuya acción nunca fue considerada como delictiva; como tampoco lo fueron los convenios que en el mismo sentido, realizó el Ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo, que lo sucedió.

Como lo dijimos desde el año 2009 en esta columna, lo único criticable y probablemente delictivo lo hicieron algunos de los adjudicatarios, cuando dividieron sus fincas presentando contratos de arrendamiento entre parientes, para obtener varias veces el beneficio de tales préstamos, en actitud que sin estar prohibida, podría ser considerada como una burla a la ley; sin embargo estos por orden del entonces presidente Uribe, devolvieron esos dineros y a la postre algunos de ellos, fueron condenados a penas muy bajas que cumplieron en su propia residencia.

No se demostró en el proceso que esos beneficiarios hubieran aportado a la campaña política del Ministro Arias, cuando fungió como precandidato a la Presidencia, ni que los conociera ni hubiera intervenido en las adjudicaciones de Agro Ingreso Seguro.

Se demostró que Andrés Felipe Arias no tocó un solo peso y cuando se le imputa peculado a favor de terceros, no se tiene en cuenta que no los conocía y que tales dineros fueron devueltos, lo cual impondría la absolución o por desgracia una mínima pena, sí es que hubo alguna imprudencia que le fuera imputable. De todas maneras no se ve la proporción de la condena de Arias por 17 años, con las penas que le impusieron a quienes maliciosamente burlaron la ley para recibir mayores beneficios de los previstos en la norma.

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