Garantías electorales valen huevo

El sistema electoral colombiano es un desastre y una burla a la democracia. El mismo Registrador deberá ser declarado por el gobierno santista como Gran Elector y Gran Maestre de la Orden del Juego Sucio y de la Tramoya. Otra condecoración que se ha ganado la entregará el Supremo Vudú de la Santería Costeña, Musa Besaile, Curador Inamovible de la Prendería Votacional de las sabanas cordobesas, quien estará acompañado por el Mago de Bocas de Ceniza y la Arenosa, Roberto Víctor Gerlein, ante quienes se postrará el Registrador Nacional del Estado Civil.

El acto de votar un ciudadano colombiano está antecedido de una explicación de cómo está compuesto el tarjetón y cómo se expresa la voluntad del elector. Es tan complicado su entendimiento, disperso en varias sábanas o manteles, que requieren un curso de capacitación que obliga tanto a la Registraduría como a los partidos y movimientos  participantes. Que los votos no marcados y los anulados sean del tamaño de la votación de un partido a escala nacional demuestra que el sistema está en crisis de alfabetismo electoral.

Pero el asunto más grave y vergonzoso es la mercadería del voto en la costa atlántica que por su volumen desquicia cualquier examen lógico, aunque se presente lo mismo en otros lugares del país. Es tan evidente este caso de gran corrupción, que mientras el país la observa con asco y repugnancia, el Registrador se hace el loco (y cómplice pasivo) no obstante que sus empleados y registradores auxiliares están en el sitio de los acontecimientos electorales fraudulentos, al lado de quien baja el interruptor de la energía eléctrica para que en la oscuridad pueda actuar el delincuente electoral y, desde luego, hecha la trampa, de nuevo prenden los bombillos y el subalterno del Registrador grita emocionado: hágase la luz.

¿Cómo explicar que el día 9 de marzo el Centro Democrático mantuvo la superioridad numérica hasta media hora antes del final técnico informativo del evento electoral, e irrumpen los supuestos votos por toneladas de las regiones donde mandan y compran los caciques partidistas? ¿Cómo es posible que  un partido como la U, que no tiene jefes relevantes, ni tradición ideológica ni programática, derrote al Partido Liberal en regiones de larga tradición liberal, por ejemplo? Mala, muy mala señal lo que ocurrió en estas elecciones, con respecto a la transparencia y legalidad democrática. Las más inmediatas elecciones de mayo para Presidente están manchadas de duda e incertidumbre. Se puede desde ya afirmar que no hay garantías para los candidatos de la oposición. Participar en las próximas elecciones cuando conocemos a los tramposos con inmunidad, es ir seguros al matadero. El Centro Democrático, la candidata del Partido Conservador y los congresistas que la respaldan, la izquierda civilizada y otras corrientes distintas a las que financia y patrocina el gobierno santista, deben poner en cintura al Registrador y a los piratas del voto. De lo contrario habrá que cambiar de táctica electoral como retirarse del evento que está marcado por la impudicia o votar en blanco contra los que votan negro de luto por el entierro de una democracia que murió de peste electoral.

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