Quedo plasmado en las legislativas del nueve de marzo que el Presidente de la República pasara por encima de cualquier principio legal para legalizar a los terroristas de las FARC. Su cruzada en favor de estos terroristas empezó cuando la luz “se fue” en algunos departamentos de la Costa Atlántica, luego cuando en los boletines de la Registradora General de la Nación empezaron a cambiar sospechosamente, misteriosamente su partido, el de la U paso de tercero a primero, en detrimento del partido Conservador y, por último en detrimento del Centro Democrático.

La moralidad política y administrativa en Colombia se ha extinguido, de eso ya no debe quedarnos ninguna duda. El Presidente de la República no está representado a la mayoría de los colombianos y eso también quedó plasmado en el 60% de la abstención que se presentó en estas legislativas. Ilegitimidad, esa es la estructura sobre la que se ha venido gobernando los últimos cuatro años en Colombia y es la clave que hay que tener en cuenta para describir el Congreso actualmente elegido.

La falta de legitimidad de este nuevo Congreso nos avoca a un cuatrenio legislativo dudoso y poco afecto de los colombianos. La publicidad engañosa con el visto bueno del Presidente, los ríos de dinero que corrieron en algunos departamentos, específicamente de la Costa Atlántica, dineros salidos de la  administración pública, o lo que es lo mismo, de las regalías centralizadas desde los departamentos hacia Bogotá, de los impuestos de cada uno de los colombianos y de “otros” recursos de la caja del Estado.

Los temas que se tendrán que resolver en este cuatrenio en el legislativo no son de poca monta, durante estos cuatro años toda reforma presentada fue fallida, justicia, política, a la salud, no hubo reforma alguna, el país no avanzo en anda. Ocurrió lo de casi siempre cuando se negocia con las FARC, el país entro en un caos, la seguridad hoy no existe, la salud está peor que nunca, tampoco se avanza en el proceso de paz.

Si el Presidente hizo trampa para las legislativas ¿Cómo vamos a confiar en las garantías que se debe ofrecer por parte del Estado en las presidenciales? El país debe poner toda la atención, estamos ante un Presidente que es capaz de raponear todos los votos posibles valiéndose de cualquier método para asegurarse quedar reelegido. También es necesario reflexionar el daño que el Presidente le viene haciendo a la democracia colombiana, debilitándola, pervirtiéndola, prostituyéndola a través del dinero, las contrataciones, violando la Ley de garantías y utilizando todas las formas de lucha para aferrarse al poder.

Sin duda este proceso engañoso, ha hecho mucho daño a la democracia, lo de la publicidad engañosa no es poca cosa en materia de delito electoral, pero aún más, se ha insultado la inteligencia de los colombianos, que fueron engañados con manipulación fraudulenta. Lo que ha ocurrido debe ser el principio de la defensa de la democracia por parte de cada colombiano. Se avecinan las presidenciales y es el momento propicio para levantar nuestras conciencias y empezar un trabajo pedagógico entre quienes aún no terminan de entender el peligro de parecernos cada día más a la Venezuela de Maduro.