La ley anticontrabando es inconveniente

Hubo en Medellín un abogado inteligente, hábil y estudioso de la ley. De apellido Palomino, pero lo llamaban Palomismo. Llegó a ser personero de Medellín y decía: “La ley en mis manos se vuelve plastilina”. Y en verdad, las leyes por más que en el Congreso se esfuercen en estudiar y aprobar las normas para beneficio del pueblo y del país, los abogados las interpretan de manera que le convengan a su cliente. Los mismos parlamentarios, con incisos, parágrafos y “micos”, las preparan para diferentes interpretaciones.

Contaba el doctor Óscar Peña Alzate en su “Voltacanela” que un alcalde le dijo a su asesor legal:

–Hombre Felipe. ¡Ayúdame en este problema!

–¿Y cómo quiere que le ayude alcalde, se lo enredo o se lo desenredo?

Los comerciantes de Guayaquil, entre los cuales están los de “El Hueco”, que se ha convertido en un atractivo turístico y un generador de empleo para la ciudad, afiliados a Asoguayaquil, generan centenares de miles de empleos entre los cuales muchos miles son de bajo nivel académico, lo que beneficia a las clases más populares que no alcanzaron bachillerato y los empleos indirectos son de millones de personas.

Los visitantes que llegan a Medellín, lo primero que hacen es dedicarle su tiempo a visitar “El Hueco” para sus compras de regalos. Lo hacen por los precios, por la calidad de los productos y atérrese, por la seguridad. Pero este presidente Santos, que despenalizó el contrabando como ministro de Hacienda de César Gaviria, (decreto Ley 1750 del 91), ahora lo grava con cargas tributarias pero a los pequeños comerciantes, dejando muchas ventajas a los grandes monopolios. (Ley 1762 de 2015).

La Ley 1762/15 es más peligrosa por lo que no dice que por lo que ordena, dice Javier Gaviria Betancur, director de Asoguayaquil. No se menciona siquiera el “contrabando técnico”, que es la principal forma de ingreso de grandes mercancías sin pagar impuesto. “No estamos defendiendo el contrabando, sino lo contrario”.

En Colombia, dice el doctor Leonardo Sicar, de la Dian, solo se revisa el 10 por ciento de las mercancías que entran. Existen en Colombia las OEA (Operador Económico Autorizado), y las IMC (Importador de Manejo de Confianza). No les abren las mercancías porque son autorizados o de confianza. Así muy bueno. Como un administrador de aduanas de Turbo, que le mandaron el sueldo porque no cobraba y preguntó “¿Y es que también me pagan por este trabajo?”.

Lo curioso, dicen los comerciantes, es que los impuestos catastrales con que nos gravan en Guayaquil desde las administraciones de Sergio Fajardo y Alonso Salazar, en el 2005 y 2011, nos tienen agobiados y ahora esta Ley 1762. Y lo peor es que ni Fenalco ni la Cámara de Comercio han hecho nada por nosotros. Me da pena con la doctora Lina Vélez y con Sergio Soto, pero eso escuché en Guayaco.

ÑAPA 1: Dos tragedias nos enlutan con los accidentes aéreos de la Fuerza Aérea de Colombia y con la tragedia del helicóptero de la Policía Nacional. Pido a Dios por los héroes muertos en servicio.

ÑAPA 2: A los dirigentes de Occidente que los esperamos en Uramita el sábado 15 de agosto, en el Encuentro de Líderes de Occidente y después en Sopetrán, día de la Patrona, Nuestra Señora de la Asunción.

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