¿Quién avaló a Oneida Pinto?

Los dos últimos directores de Cambio Radical no aceptan responsabilidad. Es un partido de bolsillo del vicepresidente, quien tampoco dice nada. ¿Quién pagará el costo de las nuevas elecciones?

En mayo del año anterior el entonces director de Cambio Radical, senador Carlos Galán, renunció por los avales de ese partido. Le retiraron también al entonces secretario su capacidad para expedirlos. Ante su renuncia asumió la dirección el senador Rodrigo Lara pero a los candidatos cuestionados, entre ellos la gobernadora Oneida Pinto, cuya elección fue declarada nula la semana pasada, les mantuvieron al aval, pese al escándalo mediático. Claramente fue una maniobra para tratar de limpiar la imagen del Partido, pero dejando las decisiones en firme, como si nada hubiera pasado.

A propósito del asunto, entidades como la MOE han solicitado “que caiga algún tipo de responsabilidad sobre los partidos políticos que avalan a sus candidatos de manera irresponsable pese a las advertencias.” A Cambio Radical, en solo cinco meses, le han inhabilitado dos gobernadores.

A la señora Pinto se le ha vinculado con el ex gobernador Francisco “Kiko” Gómez, también de Cambio Radical y quien se encuentra detenido por homicidio, concierto para delinquir y asociación con grupos paramilitares. En ese momento, el senador Galán expresó: “Ese aval no había sido entregado por la dirección nacional y yo como presidente nacional del partido no me voy a tragar sapos que no me corresponden”. Pues bien: el aval se expidió, Galán se quejó y renunció, pero se quedó en el partido, y Lara asumió.

Para sorpresa de todos, en una entrevista concedida el pasado jueves a una cadena radial, el senador Lara dijo que el aval de la señora Pinto “ya estaba” cuando él llegó. También estaban, claro, los dos últimos gobernadores de La Guajira, ambos elegidos por Cambio Radical. En ese departamento estamos descubriendo, apenas ahora, que se roban los recursos públicos y los niños mueren de hambre. ¿Responsabilidad de Cambio Radical? ¿Del vicepresidente? Nada que ver.

Sí Galán renunció; al secretario le quitaron sus funciones y Lara tampoco fue ¿Quién avaló a Oneida Pinto?

Definitivamente, en Cambio Radical, y en el mismo gobierno, existe una mano invisible que quita y pone. Y aunque no se vea, en Colombia todos sabemos que se trata del vicepresidente sin cuya aprobación no se mueve allí una hoja. Una “muñeca vieja, la de la mala política, con vestidos nuevos”. Un titiritero que pone sus marionetas a pontificar sobre “Cambio” y renovación, después de completar 16 años en el gobierno; luego de permanecer con el ex presidente Uribe casi dos periodos y con el presidente Santos otros dos, en los que ha podido ejercer, además de su coherencia programática, sus enormes capacidades para firmar contratos y transformar ministerios en oficinas para hacer mandados.

El vicepresidente, Germán Vargas, debe responder por los avales concedidos por su partido, incluidos los de sus quince congresistas condenados por parapolítica. Y pagar el costo de las nuevas elecciones en La Guajira y Amazonas, cuyos recursos no pueden salir del bolsillo de los contribuyentes. Es lo menos que se puede pedir a quien aspira a seguir gobernando, asunto diferente a la práctica de la ventriloquia, hasta el 2022.

Posdata: Lo ocurrido en la ANLA es otro ejemplo de la manera en que actúa Cambio Radical: luego de conocerse la licencia expedida para explorar en La Macarena, el señor Iregui, su director, renunció ante el clamor nacional y fue nombrado el señor Rodrigo Osorio. Pero era, como en el caso de los avales, solo mientras pasaba la “calentura” de la opinión. Con la influencia del vicepresidente al señor Iregui lo instalarán nuevamente en el cargo, desde donde seguirá feriando páramos y nacederos de agua (Ver nota aquí). Si eso no es una burla a la ciudadanía y un ejemplo de abuso de poder ¿cómo le podemos llamar?

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