"¿Quién cree usted que sea el que le escribe las cartas a Timochenko?
¿A quién representan las Farc?"
Ese es el título del sesudo artículo que publicó hoy en El Tiempo Mauricio Vargas.
Les hago un resumen de sus aseveraciones:
1. No soplan vientos de paz con la guerrilla. Están soplando, qué duda cabe, los vientos del diálogo, que es muy distinto.
2. Para los guerrilleros, dialogar nada tiene que ver con hacer la paz. Es un arma más de guerra.
3. El Caguán fue convertido por 'Jojoy' en zona segura para mantener secuestrados, reclutar menores, recibir entrenamiento de terroristas del Ira y de la Eta, despojar de decenas de miles de hectáreas a los campesinos y cuadrar negocios de cocaína y armas con altos oficiales de Hugo Chávez.
4. El profesor Camilo Echandía, demuestran que del 2003 en adelante las Farc perdieron la iniciativa militar, que las FF. AA. triplicaron esa iniciativa entre el 2007 y el 2010 y que, en el 2011, los combates cayeron a la mitad. Las Farc ya no son la fuerza combatiente que eran antes y, salvo en algunos departamentos como Nariño, la guerra ya no es el resultado de sus ataques sino de los que les hace la Fuerza Pública.
5. Las Farc, que alguna vez quiso ser vocero del campesinado sin tierra y que terminó despojando a los campesinos de decenas de miles de hectáreas, no representa a sector alguno de la sociedad colombiana, distinto de la 'bacrim' en la que ellos mismos se han convertido. Dialogar hoy con las Farc sería lo mismo que hablar con cualquier 'Cuchillo' o con cualquier 'don Mario'.
6. En caso de tener resultados, ese diálogo no traería más que indultos parciales para algunos jefezuelos, mientras el resto de los mandos y de la tropa seguiría en el negocio de narcotraficar y matar.
7. Algunos andan con el cuento de que 'Timochenko' se ha revelado en sus cartas como un intelectual y hasta un poeta.
8. La Policía y el Ejército saben bien quién le escribe las cartas.
9. Conviene que el presidente Juan Manuel Santos no se deje tentar por los cantos de sirena que quieren sentarlo en una mesa de diálogo que sólo les convendría a quienes siempre la han aprovechado: las Farc.
