Colombianos reclaman: Justicia, Seguridad y Democracia

¿Sobre qué bases puede lograrse en Colombia una auténtica vida con justicia, seguridad y democracia?.  Se requiere en primer término un gran, esfuerzo moral. Es necesario pensar, antes que en los partidos y antes que en algunas personas, en el País y en su destino, fundamentalmente debe acabarse definitivamente con los grupos al margen de la ley, el desempleo, la mala distribución del ingreso y la pobreza.

Este esfuerzo exige de una gran voluntad , que a este gobierno no le asiste, para que en el País se produzca un acuerdo, que haya justicia y tolerancia mutua, que se pueda volver al ejercicio de los derechos y de la libertad de cada ciudadano, y que las fuerzas militares tengan el respaldo y el respeto del gobierno para el ejercicio pleno de sus funciones, sin estar atrapados en acuerdos de las cúpulas gubernamentales con los jefes del terrorismo y la barbarie, condición fundamental es que no exista impunidad con los que tanto daño le han hecho a Colombia.

Tampoco es a través del apetito insaciable de poder que le asiste al Presidente Santos, ni mucho menos al de los partidos que lo apoyan, y sus dirigentes que se hacen cómplices en el reparto burocrático, que Colombia podrá encontrar su camino y su acuerdo. El país, para superar sus actuales y muy graves problemas, necesita de todos sus hombres y mujeres,  en especial de aquellos que más saben: los maestros, los investigadores, los científicos, los técnicos, su  Iglesia Católica, las otras Iglesias Cristianas y distintas Congregaciones religiosas, los profesionales y técnicos, los trabajadores, sus dirigentes estudiantiles, sus organizaciones de base, y sus campesinos, necesita asimismo de un enorme esfuerzo de trabajo para recuperar su propio ritmo de evolución y desarrollo,  para lograrlo  también requiere ahora más que nunca de la presencia firme y activa de: Álvaro Uribe Vélez, como el líder que abrió en Colombia con mano firme, talento, lucidez y sagacidad, el camino hacia la paz y el progreso.

El trabajo no es fácil, porque el gobierno nacional abandonó sus responsabilidades, su obra es muy pobre,  han construido menos viviendas, y menos escuelas que las requeridas por la creciente población, no se han producido los suficientes bienes que el pueblo demanda y se han realizado muy pocas inversiones productivas, no se han creado las condiciones para que el pueblo tenga ocupaciones y, en consecuencia, pueda trabajar con tranquilidad. Ningún colombiano resiste la paradoja de que se le pida un gran esfuerzo y al mismo tiempo se le mantenga cesante, por eso el paro, los disturbios, las protestas, los cacerolazos, los enfrentamientos y el malestar que hoy recorre las calles de Colombia.

El tiempo de Juan Manuel Santos, no corre a favor de una solución constructiva y esperanzadora, al revés, favorece a los extremismos, porque cuando en una nación se debilita la palabra de sus gobernantes como lo muestran las encuestas y el malestar del pueblo,  terminan siempre por dominar quienes tienen más capacidad para la lucha clandestina, que se aprovechan de  los sufrimientos acumulados y las ideas reprimidas y van haciendo cada vez más difíciles las soluciones racionales.

Las bases para un acuerdo entre los Colombianos, comienzan con el respeto a los valores sustanciales de la democracia, que son intransables: respeto a la persona y sus derechos, que nadie viva con el temor de la inseguridad como está sucediendo ahora, que los Representantes y Senadores deben ser elegidos por sufragio libre y secreto, y no se les regale a los terroristas puestos en el Congreso de la República, libertad para expresarse y para ser debidamente informado, respeto a la autonomía universitaria, derecho al trabajo e igualdad de oportunidades para todos.

Para lograr todos estos objetivos, requerimos gobernantes que garanticen realmente el respeto a la dignidad de los colombianos, la continuidad de las políticas de Seguridad Democrática, y la libertad como elemento esencial de convivencia, pero para llegar a esta nueva democracia, renovada y viva, se requiere un gran proyecto nacional, en el cual se sientan interpretados todos los Colombianos que sinceramente aman la libertad y desean el progreso de su Patria.

El Colombiano tiene una enorme experiencia, equilibrio y madurez,  las difíciles pruebas que ha afrontado en estos tres últimos largos años, lo capacitan aún más para retomar el hilo de su vida y de su historia, en otras ocasiones ha pasado por situaciones muy duras y ha sido capaz de encontrar una salida, hoy tiene en sus manos la mejor respuesta para lograrlo,  y es a través del mejor instrumento que nos está entregando, el Dr. Álvaro Uribe: el "Centro Democrático".

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