El Equipo Ganador

¿Quién ganará las próximas elecciones en Colombia? Esa es una pregunta que pocos se hacen, no porque a la mayoría no le interese, sino que la mayoría está segura de cuál va a ser el resultado electoral. Hay dos opciones; la una es la reelección de Juan Manuel Santos y la otra es el candidato uribista por el Centro Democrático, que se definirá en las primarias de Octubre. A veces me pregunto si ¿ Santos cree que podría ganar en el futuro algún tipo de contienda electoral? Yo creo que no. Sin duda el tema más importante en la agenda política y social de Colombia en los últimos tres años ha sido la propuesta de paz del gobierno aliado del ALBA, misma que no ha dado esperanzas, pues la paz es un derivado de la justicia, y se requiere eso; justicia, para que la paz sea pura y verdadera, de otro modo, aquello que se nos entreguen por paz será una aberración. Ghandi, hizo una definición perfecta que los recurrentes a La Habana parecen desconocer: "La paz no es solo la ausencia de conflicto, sino la presencia de justicia".

Si la paz se representa con una paloma blanca, entonces la paz de Santos es la versión moderna del caballo de Troya, y bien la podríamos representar como "la paloma de Troya",  dentro ha traído sorpresa y vino con trampa. Así camina este proceso, ya dió sus primeros pasos de impunidad y marcó su hoja de ruta consistiendo las atropellantes aspiraciones políticas de los terroristas que la mayoría de los colombianos han rechazado. Después de tal fracaso y, antecedido de la traición que Santos propinó al gestor de los mejores días para Colombia, Álvaro Uribe. Estos dos hechos que resultan indiscutibles y condenables, significaron para Santos, el haber marcado su destino como un cadáver político, él mismo ha saboteado su suerte. Lo más acertado que se me ocurre para describir el estado político de Santos, es imaginármelo entrando a un set de televisión de un programa de Laura Bozo, y ella gritando: " ¡que pase el desgraciado! ". Y es que los golpes más duros a su gobierno no se los han dado las FARC, las críticas de Uribe, ni las inundaciones, sino sus propios errores. Santos ha hecho de todo para intentar recuperarse de la pérdida de apoyo ciudadano; ha ofrecido casas a los pobres, ha puesto a su hijo a marchar con un uniforme que le quedó muy grande, ha dicho que él también habla con pajaritos para intentar que la masa lo aplauda como a Nicolás Maduro, y hasta se ha fotografiado en calzoncillos leyendo el periódico para ver si causa furor entre las féminas. Nada de eso le ha funcionado. Santos es ya un cadáver insepulto de la política colombiana, un muerto viviente que camina condenado y sin conciencia. De hecho, aquellos políticos que gustan de arrimarse al poder para auparse en la popularidad e intentar conseguir votos para nuevas candidaturas deberían pensarlo dos veces, arrimarse a este desdichado, indigno huésped de la Casa de Nariño, es manchar sus hojas de vida y desgraciar sus destinos políticos.

A estas alturas del partido ya está claro el marcador: Santos, hoy mejor conocido como "el traidor" encabeza el equipo perdedor. Ningún "mesías" del marketing político podrá cambiar eso. Su miseria humana, tocó los huesos de la gente y eso no se repara con frases repetitivas ni campañas sucias contra adversarios, menos con mermelada untada a los directivos de algunos medios de comunicación. En la otra esquina de este cuadrilátero, para bien de Colombia, está el equipo ganador; abanderado del nombre de un grande e irrepetible, conformado por incansables guerreros de la verdadera paz y del progreso, hombres y mujeres de todas las edades y clases sociales; ese equipo, no necesita presentación. Todos tenemos muy en claro cuál es.

Fernando Balda
Ex Asambleísta Nacional del Ecuador (A).
Secuestrado y, preso político del gobierno de Rafael Correa.
Twitter: @fernandobalda

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