El proceso negociador con las FARC visto desde Europa

NB: La Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia se enorgullece de su nuevo columnista regular el Doctor   Néstor  Laso Dosal, quien es Abogado,  Español con nacionalidad colombiana por adopción. El Dr. Olaso tiene una larga carrera jurídica y política en España. Actualmente se desempeña como Secretario Ejecutivo de Justicia del Partido Popular en Asturias  y Candidato a Vocal del Consejo General del Poder Judicial en España.

Quiero inaugurar mis artículos en esa prestigiosa página de reflexión política, rindiendo un profundo y merecido homenaje a todos los ciudadanos, policías y militares de mi querida Colombia, víctimas de un terrorismo trasnochado y egoísta, que dieron su vida  por la libertad, la democracia y la seguridad de la nación.

Desde el otro lado del océano, desde la vieja Europa, sumergida en una profunda crisis económica en muchos de los países que la componen, de la que se trata de salir con mucho esfuerzo y sacrificio, vemos expectantes los acontecimientos que están rodeando a  una precampaña electoral colombiana, antesala de unos comicios legislativos y presidenciales que se auguran absolutamente decisivos para el futuro de un pueblo, que debe dar a entender al mundo entero, que su papel en la escena política global debe de empezar a escribirse con paso firme y decidido.

Hay varios aspectos que algunos vemos con preocupación al otro lado del Atléntico, entre los que destaca, el recrudecimiento de la inseguridad y el resurgir de una violencia narcoterrorista que desde muchos observatorios europeos ya se creía que estaba reconducida a una desaparición paulatina aplicando los instrumentos constitucionales previstos en un Estado de Derecho como es el colombiano, que tan buenos resultados había dado durante los dos mandatos de Álvaro Uribe.

No hay que olvidar que países como España, han logrado casi erradicar el fenómeno armado del terror, en concreto de ETA, mediante la aplicación sin concesiones de la legislación penal más estricta, estando en la actualidad la mayor parte de sus dirigentes en prisión cumpliendo las condenas judicialmente impuestas.

Me viene a la memoria el mandato del socialista Rodríguez Zapatero, que aplicó al inicio de su gobierno, las recetas negociadoras que hoy “cocina” Juan Manuel Santos y que ante el incremento de la vorágine del terror, no tuvo más remedio que agachar la cabeza, reconocer su error y aplicar con todo su rigor la ley antiterrorista, que tano crítió a Aznar, de la mano de unas eficaces Fuerzas de Seguridad del Estado.

Las treguas y negociaciones habidas previamente, únicamente habían  servido para que los etarras aprovecharan ese lapso de tiempo para su rearme y reorganización, poniendo como disculpa cualquier circunstancia para romper unas reuniones que de antemano sabían que  no deseaban llevar a buen puerto, salvo que se les concediese imposibles, como “entrar bajo palio” en las instituciones, la liberación de los presos, algunos de ellos con más de treinta asesinatos a sus espaldas y un largo etcétera de quimeras. Sólo las sentencias judiciales y su ejecución sin concesiones, han servido para hacer desaparecer del mapa de España, la dictadura injusta de los violentos. Esa es la realidad y los dirigentes actuales colombianos, en base a esa experiencia, podrían estar cometiendo errores de bulto, como que las FARC consideren que la aceptación de un acuerdo de paz, deba de venir de la mano de una “amnesia” general por parte de Gobierno, Poder Judicial y sacrificado pueblo colombiano de sus fechorías, con una entrada triunfal en las Cámaras legislativas de sus dirigentes, en base a unos  pseudoderechos de dudosa vigencia constitucional, que en cualquier caso al haber asesinado y obligar al desplazamiento a miles de compatriotas humildes y sencillos, les extingue cualquier legitimidad para consumar un “burla” de tan alta enjundia.

No entendemos en Europa, como se dialoga con un grupo terrorista y delictivo, que en la actualidad no solo no duda en aniquilar mediante emboscadas, mientras se negocia, a decenas de miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado sino que incluso mantiene  secuestrados a centenares de personas inocentes cercenando sus derechos más elementales, atemorizando y amedrentando a las capas humildes que dice defender.

El problema terrorista de las FARC, ELN, etc. lleva enquistado en Colombia unos cincuenta años con claras derivaciones hacia el narcotráfico y el control directo o indirecto de la delincuencia común, durante este tiempo ha habido variados intentos de dar una solución de carácter alternativo al conflicto con resultado infructuoso. Pero lo que es más preocupante al día de hoy, es que en Europa se desconoce cuales  son los fines políticos reales y no de “puertas para afuera” que persiguen, pues en el continente de Shakespeare, Voltaire, Leonardo da Vinci  o de Miguel de Cervantes, sus comportamientos se tienen como más propios de personajes que han encontrado en su “militarización” un magnífico y lucrativo modus vivendi que constituirse en unos adalidades de una patria revolucionaria inexistente en defensa de los  más necesitados.

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