EL HOMBRE ES UN LOBO PARA EL HOMBRE- Thomas Hobbes

Hace algunos días tuve la oportunidad de asistir a un conversatorio donde Jose Obdulio Gaviria hizo la siguiente ponencia teniendo como referente a Tomas Hobbes: El hombre es una fiera, pero los procesos políticos, el pacto social, las leyes, la autoridad y las constituciones van transformando su condición salvaje en una condición de ascenso ético y político; de esta corriente sale la abstracción: EL EJERCICIO DE LA AUTORIDAD COMO PRINCIPAL CARACTERÍSTICA DEL ESTADO.

El Estado existe porque hay un acuerdo entre fieras, para que un individuo u organización del Estado ponga orden entre las fieras. De allí el concepto de que el pacto social es que yo depongo libertades pero en beneficio de la existencia de una autoridad y esa autoridad me garantiza seguridad.

A través de la historia observamos que la mayoría de los procesos de la sociedad son éticamente ascendentes, cada día el hombre tiene la oportunidad de convertirse en un mejor ser humano y la respuesta a estos niveles de civilidad son los derechos humanos, la Cruz Roja, la formulación de leyes de la guerra, pero siempre presente el ejercicio de la autoridad legítima del Estado. Esto lo expuso el doctor Gaviria para llegar a la conclusión de que la esencia del concepto de paz, como concepto ético al que desea dirigirse la humanidad, tiene como instrumento siempre presente, la autoridad.

A mi manera de ver, en Colombia hay dos expresiones teóricas y conceptuales de la paz. Una de ellas dice que la violencia es producto de hechos y condiciones objetivas y que mientras no se transformen no se consigue la paz. La segunda dice que la violencia es ejercida de manera ilegítima consciente y deliberadamente para obtener un resultado político.

La propuesta de la primera tesis es la solución negociada del conflicto, discusión, análisis y formulación de políticas que retiren de la sociedad las condiciones específicas que obligan a los violentos a ser violentos. La propuesta de la segunda tesis es el ejercicio firme de la autoridad, trabajo, crecimiento económico, desarrollo, ampliación de la democracia y cohesión social.

La primera reconoce la lucha de clases como el motor de la historia, la segunda reconoce la existencia de una norma constitucional que obliga al Estado a brindar seguridad (el Estado tiene que proteger la vida, honra  y bienes  de los ciudadanos).

Este es el contraste entre la política de Seguridad Democrática y la política de la solución negociada, este es el contraste de un programa de gobierno para la paz basado en la seguridad y un programa de gobierno basado en la impunidad. La paz debe buscar la concordia, la buena convivencia a través de la justicia. La impunidad convierte a las víctimas y a los ciudadanos de a pie en fieras para los injustos, para los victimarios impunes. Ahora, decida usted cuál es la paz que quiere para Colombia.