Que el fútbol de élite, es algo más que un juego, creo que es una premisa con la que todos estamos de acuerdo.

No hay actividad lúdica que tenga tanta influencia. El fútbol, es bienestar para la economía general, es negocio para clubes, jugadores e intermediarios, es fiesta popular, es entretenimiento y evasión para la ciudadanía, algunos quieren hacer política con él y afortunadamente también…………es deporte.

Con el pase de la Selección Colombia a la fase final de la próxima edición de la Copa del Mundo FIFA a celebrar en Brasil en el año 2014, creo que todos nos hemos dado cuenta que ese simple hecho deportivo trasciende lo meramente competitivo para afectar en los ordenes socio-económicos referidos.

Pero con la lectura que hice en los medios de comunicación colombianos sobre la interpretación de los citados resultados, me quedo con un artículo periodístico que llegó a la conclusión de otorgar el mérito de la clasificación al Presidente Santos por su apuesta por “el deporte rey”, siendo una promesa presidencial cumplida de que el seleccionado iba a llegar a altas cotas mundialísticas y por la contratación del técnico argentino Pekerman para dirigir el combinado nacional.

Sinceramente, no acabo de despertar después de leer tan “lúcida” conclusión. Créanme que es cierta, aunque en mérito del escribiente, después recomendó al Presidente Santos que tomará nota de las lecciones proferidas por el “profe” José Néstor Pekerman, en materia de gestión de liderazgo.

Ha sido manida en la reciente historia política, la utilización del deporte con fines electoralistas, incluso en mi país de origen, España, los importantísimos y reconocidos triunfos de “la Roja” en la Eurocopa de Naciones del año 2008  y en el Mundial de fútbol de Sudáfrica del año 2010,donde la selección nacional de fútbol se movió a ritmo del “waka waka” de nuestra colombiana universal Shakira, se trataron de utilizar electoralmente para evitar la caída del socialista Zapatero, pero ni con esas.

En ese espejo puede mirarse el Presidente Santos, la ciudadanía española entendió que los importantes triunfos de la Selección Nacional que consolidan a España, como la más indiscutible potencia mundial en el “deporte rey”, han sido fruto, sin género de dudas, mas de una irrepetible generación de futbolísticas bien dirigidos desde el banquillo unida a una tradición histórica de entrenadores y futbolistas de primera fila que de una presencia política de un dirigente en el gobierno de la nación.

No hay que olvidar que España es la líder también a nivel Mundial en el número de títulos universales futbolísticos obtenidos en todas las categorías  ( sub 16,sub 18,sub 21,selección olímpica y absolutas),a lo largo de la historia, llevando en la actualidad 14 ediciones de participaciones mundialísticas, las 10 últimas consecutivas.

Pues bien, esos éxitos futbolísticos a pesar de sus intentos, no le han servido al ex presidente español Rodríguez  Zapatero para soportar la más severa derrota electoral en la historia política española reciente, pues el desempleo, la escalada de la prima de riesgo financiera, el déficit público, la desaparición de empresas, la crisis bancaria, la mentira a la ciudadanía, el prometer una cosa y hacer otra, así hasta un largo etcétera, no se tapan con goles, ni con alegrías mediáticas mas o menos circunstanciales.

En Colombia, así se cuente con la inestimable ayuda de unos fenómenos en el arte futbolístico como Falcao, Jackson Martínez, Teófilo Gutiérrez o Amaranto Perea, entre otras muchas figuras colombianas, dirigidos con experiencia y conocimiento por un técnico de garantías, al igual que en España, política es política y fútbol es fútbol. No hay que mezclar las cosas.

El ciudadano a pesar de la pasión del momento, es inteligente y sabe que por votar los colombianos a Santos, el samario Radamel Falcao, no va a meter más goles, pues gobierne quien gobierne en Colombia, los va a seguir metiendo igual. Creo que próximamente en el Real Madrid.