SOLO UNA OPCIÓN GARANTIZA LA DEMOCRACIA

Existen tres opciones para las próximas elecciones ante las cuales debemos tomar partido los once millones de colombianos que decidimos políticamente por el resto de los colombianos:

1.  El populismo Santista, aliado con el narcoterrorismo.

2.  La “Tercería”, nueva forma de populismo.

3.  El Centro Democrático Uribista, defensor de la democracia.

La opción del populismo Santista es respaldada por las organizaciones que hacen parte de la mesa de “Unidad Nacional”: la “U”, partido Liberal, Cambio Radical y los Conservadores. Estos últimos con una corriente interna significativa que defiende la candidatura propia para no quedar atrapados en el populismo al servicio del narcoterrorismo.

La llamada tercería, comandada actualmente por Wolf, procura acercar a las fracturadas y disminuidas fuerzas de Progresistas, Verdes y Compromiso Ciudadano, a través de fórmulas programáticas y organizativas que le garantice presentarse a los comicios como fuerza independiente, sin deslindar campos con los narcoterroristas.

Organizaciones al servicio de la extrema izquierda como el Polo Democrático, la Marcha Patriótica y la Unión Patriótica, terminarán sumando sus insufladas fuerzas al populismo de Santos o a la “Tercería”, así pongan uno que otro parlamentario encubierto como independiente en las primarias.

El Centro Democrático, en el trascurso de la elaboración de listas, recolección de firmas y la selección del candidato presidencial, atiende la tarea de organizar un nuevo partido ajeno a la politiquería como quiere la inmensa mayoría de ciudadanos. En este proceso el movimiento afianza a los nuevos líderes que encarnan el pensamiento programático uribista, presentándose como alternativa de coalición para movimientos y organizaciones progresistas y populistas.

Ese fue el mensaje de la inédita convención que eligió a Oscar Iván Zuluaga como candidato a la presidencia. Una clara demostración de lo que debe ser la nueva forma de hacer política, de discutir y aprobar las tesis programáticas que orientan al nuevo partido, resumidas en la Seguridad Democrática, la confianza inversionista, la cohesión social, el Estado austero y el diálogo social. La selección de sus representantes y el impulso a la juventud para que asuma nuevos liderazgos es una respuesta a la manipulación mediática y a los viejos cacicazgos al servicio del régimen.

Trasladado el proceso del Caguán a La Habana, el escenario político colombiano ha girado alrededor del debate sobre las concesiones, tanto públicas como secretas, hechas desde los inicios de este gobierno a los narcoterroristas y las consecuencias de unas “negociaciones” tendientes a debilitar la democracia colombiana, señalando a sus opositores como enemigos de la paz.

La propaganda oficial defendiendo la tesis de que estamos en un país en guerra, para equiparar al Ejército colombiano con los grupos terroristas, procura silenciar la movilización de los colombianos por un progreso social libre de demagogia populista y de violencia, para defender sus negociaciones de paz ante los colombianos y el mundo entero.

En torno a esta situación, enriquecida con variados artículos y estudios que reflejan la realidad nacional por parte de diversos dirigentes y centros de estudios e investigación, se profundiza el programa uribista a través de sus cinco ejes temáticos que confrontan al populismo del gobierno y a sus aliados, todo lo cual ha estado unido a la discusión del referendo impulsado por el gobierno  para imponer el programa que  negocia con las Farc, el cual sería respaldado con el proselitismo armado de las mismas en las próximas elecciones.

Las parlamentarias van a ser el  primer campo de batalla para decidir la suerte del país entre el populismo santista que pretende abrirle el camino al llamado Socialismo del Siglo XXI y  los que luchamos por fortalecer la democracia para ponerla al servicio de la patria.

Decidida la política programática, la  candidatura presidencial, la lista cerrada para el Senado en cabeza del Expresidente Uribe y  las listas para Cámara,  solo queda el camino de alinear y templar todas las fuerzas progresistas hacia un solo objetivo: conquistar de nuevo el poder.

Las dudas en momentos definitivos solo benefician a los que se oponen a la democracia. Todos tenemos  cabida  en ella si demostramos  de manera sencilla a los  ciudadanos que son ellos los que la encarnan y le dan vida a  través de un proyecto político  que,  con autoridad y verdadera justicia,  doblegue a los violentos, combata sin vacilaciones a la corrupción  y construya el progreso para  beneficio de todos los colombianos. El rumbo está trazado para el triunfo.

Miembro del CPPC

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