Las maras ofrecen seguridad y el gobierno calla.

Todo parece haberse realizado con esa doble agenda que acostumbra el presidente Funes de desligarse de la tregua oscura cuando le conviene y vanagloriarse cuando disminuyen drásticamente las muertes, aunque ahora ya están alcanzando los mismos niveles.

Inaudita  fue la noticia que recibimos el sábado pasado que los jefes de  maras se reunieron en Mariona y produjeron dos acuerdos: el primero, sobre el proceso de pacificación y el segundo, que “los pandilleros se comprometieron a crear las condiciones para que la colonia Escalón, sus comunidades, sus residentes y sus visitantes puedan convivir sin violencia y miedo”.  O sea, que las maras ofrecen seguridad para la colonia Escalón y mientras tanto el Gobierno del Cambio CALLA. En dicha noticia, difundida con mucho sigilo, el ministro de Seguridad Ricardo Perdomo, quien desde un principio manifestó su insatisfacción de apoyar esa oscura tregua,  mantuvo la negativa para propiciar la reunión de los jefes de las maras, por lo que “El Presidente mismo dio la autorización, porque el Ministro está totalmente en contra, pero el Presidente Funes le dobló el brazo”, comentó el periodista Luers.

Decían que no fue posible hablar con el ministro Perdomo, pero posteriormente, lacónicamente, declaró que a petición del Secretario Multidimensional de la OEA “Solicitaron al Gobierno realizar una evaluación, entre ellas una reunión con jefes de pandillas en Mariona, por lo que se autorizó la reunión entre ellos, Alan Blackwel y Mons. Colindres” sin dar mayores detalles. Y prohibió además la presencia de dos patrocinadores de la tregua.

Todo parece haberse realizado con esa doble agenda que acostumbra el presidente Funes de desligarse de la tregua oscura cuando le conviene y vanagloriarse cuando disminuyen drásticamente las muertes aunque ahora ya están  alcanzando los mismos niveles. El favoritismo con los jefes de las maras ha sido fuertemente criticado por el Jefe de la Unidad contra el Crimen Organizado de la Fiscalía General de la República por estarse  fortaleciendo a los pandilleros ya que “los mareros poco a poco lo único que van pretendiendo es sustituir a las autoridades legalmente establecidas, la tregua para lo único que sirve es para cohesionar a los pandilleros como grupo criminal”, además  les proporcionan “comodidades en sus celdas, acceso mayor a sus parientes y visitas de privilegio … y se ha facilitado a las pandillas reorganizarse internamente y definir o marcar territorios de despliegue”.

Y así la condena   también  el máximo representante de la Iglesia Católica  Monseñor José Luis Escobar, Arzobispo de San Salvador, quien el domingo pasado expresó: “Da tristeza que estemos sumergidos en una espiral de violencia, pareciera que en vez de superarse se agrava. Como Iglesia estamos sumamente preocupados por esta situación”.

El gobierno del cambio se preocupa más por los delincuentes que por las víctimas. Se les llena de comodidades a los jefes de esas pandillas de delincuentes y se olvidan de las víctimas y de sus parientes, quienes posteriormente son asesinados para que no sirvan de testigos y no existe interés del gobierno del cambio ni de la OEA en proteger a escolares  y profesores amenazados en más de 800 centros escolares, impedir  los asesinatos de cientos de personas con lujo de crueldad incluso saliendo de los cultos religiosos, de las extorsiones, las renteadas y peajes obligados para transitar libremente en nuestro país  todo por proteger más a los criminales. El gobierno del cambio confunde las medidas de prevención del delito con el favoritismo criminal y CALLA cuando debía asumir su responsabilidad de cumplir y hacer cumplir la Constitución.

El gobierno del cambio, mientras calla ante la oferta de seguridad de las maras, habla más de la cuenta cuando debía abstenerse de hacerlo. Al final del debate presidencial, que no fue debate sino presentación de posiciones memorizadas para repetirlas en el evento de Asder, no solo vimos a cinco candidatos porque inmediatamente después apareció un candidato más: el propio Presidente de la República, haciendo propaganda de su gobierno del   cambio como buscando una reelección, ya no con la propaganda que le cancelaron del “buen cambio”, sino con una nueva preparada  con anticipación de “Esta vez es diferente” que también debería estar prohibida; pero el Presidente y sus funcionarios no atienden las llamadas de atención de que ningún funcionario puede prevalecerse de su cargo y el TSE ya debería haberla prohibido y sancionado a los funcionarios públicos.

El presidente Funes  no está para buscar protagonismo atacando a los candidatos presidenciales ni tampoco para defender iracundamente sus acciones gubernamentales, porque no se trata  de su reelección ni de obtener respaldo de su gestión; se le olvidó que cuando salió electo manifestó  que era  presidente de todos los salvadoreños pero su actuación y la de sus funcionarios está enmarcada como los mayores propagandistas del FMLN. Un verdadero Presidente está obligado a cumplir y hacer cumplir la Constitución, promover la armonía, la paz, tranquilidad, seguridad y, en consecuencia, no provocar divisiones en la sociedad.

Defendamos con el voto la seguridad ciudadana verdadera e institucional.

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