LATINOAMÉRICA INCIERTA

Termina un año inconcluso. Hay demasiadas cosas importantes en desarrollo que contribuyen a la enorme incertidumbre con la que hemos iniciado este 2014. Personalmente opino que será más o menos igual que el pasado, aunque acentuándose tendencias de cuya irreversibilidad no tenemos certeza. Para algunos lo existente es positivo. Para otros no tanto, con tendencia a la negatividad. Como siempre todo está por verse y dependerá de la fortaleza en la conducción que demuestren los liderazgos existentes.

Un hecho cierto es que los gobiernos nacidos de elecciones, aunque algunas sean de dudosa legitimidad, han sustituido a las dictaduras militares que por décadas se impusieron en importantes países del continente. La única excepción sigue siendo la cuba castro-comunista. La Isla se aleja progresivamente de su propia historia y tradición, perfilándose la orientación hacia un capitalismo de estado en lo económico y social, sostenido por la estructura militar eje del sistema político imperante.

Sin embargo, en todos los países regidos por democracias electorales hay delicadas contradicciones que pudieran afectar el rumbo de las cosas. Venezuela es, quizás, el caso más serio. El régimen está severamente cuestionado, tanto por evidentes violaciones constitucionales en temas fundamentales, como por el señalamiento sobre la falta de transparencia en los procesos electorales, incluidos los más recientes. A pesar de la maquinaria gubernamental, autocrática y de la abierta represión existente, del control absoluto de los organismos electorales y judiciales, los resultados que se proclamen reflejan un país profundamente dividido en mitades aparentemente irreversibles. Se camina hacia una confrontación terrible de resultados inciertos hasta ahora.

La multiplicación de organismos plurinacionales en lo políticos y en lo económico no ha favorecido a Latinoamérica. Al contrario, ha desnudado carencias, miserias y apetitos de dominación que encuentran severas resistencias hasta en países que parecieran aliados. Es el caso del ALBA, donde existe un retroceso o repliegue táctico de algunos de sus integrantes. Con todo y sus problemas internos, Brasil, Uruguay y México lucen más consolidados que el resto. Pero nos inquieta mucho el presente y el futuro inmediato de Colombia, Perú y Chile. Con sus más y sus menos, son realidades preocupantes. Lo que en ellos suceda influirá notablemente en el destino de este Continente incierto, aunque esperanzado en un futuro mejor.

“Amanecerá y veremos” afirma el dicho popular. El problema es que todo dependerá de la voluntad y el coraje de los demócratas verdaderos para enfrentar y superar los obstáculos, sin dobleces ni contemplaciones.

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