HIPOCRESÍA MÁXIMA

En estos días recordábamos algunas palabras del difunto Hugo Chávez, de las tantas que dijo en su interminable verborrea. Según él los gobiernos vivían de cumbre en cumbre, pero los pueblos por ellos gobernados de abismo en abismo. Lo corregimos. No son los pueblos. Como siempre sufren las torpezas y comodidades oportunistas de quienes circunstancialmente los dirigen. Quienes no terminan de detectar la indignación general son los gobernantes que, por temperamento, comodidad o complicidad se han incorporado a la práctica nefasta de la hipocresía.

La reciente “cumbre” de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, es el último ejemplo. Mercosur, Aladi, Sela, Unasur, Celac y hasta la misma OEA se van convirtiendo en exclusivos clubs de los gobiernos miembros, con prescindencia de los principios y valores democráticos que consagran los documentos de origen. Ya no sirven si siquiera para darle soporte a la fatigosa retórica de ocasión que con mayor o menor solemnidad utilizan algunos jefes de estado o de gobierno. Esto es válido para todos los asistentes a la última cumbre, incluidos el secretario general de la ONU y el inefable Insulsa, secretario general de la Organización de Estados Americanos.

En un objetivo balance de esta jornada, el gran ganador es el gobierno comunista de Cuba. No sólo por ser la sede y aprovechar al máximo esa condición, sino también por que logra proyectar ante el mundo la imagen de una nación con democracia plena, con vigencia de los principios fundamentales de la democracia cuando sabemos que se trata de todo lo contrario. Para lograrlo movieron con eficacia algunos de sus calificados peones como los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, entre otros. La retórica contra Estados Unidos no se hizo esperar y el manido cuento del embargo se sigue usando como pretexto para justificar un fracaso escandaloso. La declaración final es pobre, lamentable y repetitiva. No abre caminos a la esperanza, ni hace justicia a los millares de presos, perseguidos, asesinados y muertos en intentos de fuga de la Isla de demasiada gente. Libertad personal, política y económica son algunos de los temas esquivados por los hipócritas. Sin embargo, entre las actividades programadas estuvo la deificación del muerto. Crear toda una nueva leyenda alrededor de Hugo Chávez Frías es tarea de estos revolucionarios del pasado, sin visión progresista y democrática del futuro. Lamentable. La reciente Alianza para el Pacífico, es una esperanza.

oalvarezpaz@gmail.com  Viernes, 31 de enero de 2014

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