Entre un cafre y un majadero

Elías Jaua, el canciller de Venezuela, aparte de energúmeno, es un cafre. Tampoco es mayor cosa lo que se puede esperar de un gobierno en el que el presidente es un chofer de bus.

Jaua, cansado de repetir las sandeces con que Maduro, Cabello y él califican a la oposición —“ecuálidos, majunches, oligarcas, golpistas, pitiyanquis”— ahora la ha emprendido contra Colombia, contra el expresidente Uribe y contra los periodistas.

En un video que ha tenido amplia difusión, y ante la pregunta de un periodista sobre si tenía pruebas para afirmar que Álvaro Uribe era un ‘asesino’ y un ‘paraco’ que estaba detrás de los recientes disturbios en Venezuela, el energúmeno de Jaua le riposta al periodista preguntándole con alevosía si era “colombiano o venezolano”, como si la nacionalidad validara o inavalidara la pregunta.

El Gobierno colombiano, por medio de la canciller María Ángela Holguín, ha afirmado que a Jaua se le fue la mano, que no se puede permitir que le echen la culpa de todo a Uribe y que se ha vuelto costumbre que todos los problemas de Venezuela vienen de Colombia. Creo sinceramente que las declaraciones desobligantes de Jaua merecen una reacción bastante más firme y contundente. La queja del gremio periodístico igualmente ha brillado por su ausencia.

Por otro lado, hay un francés nacido en Galicia de nombre Ignacio Ramonet, editor de Le Monde Diplomatique, gaceta oficial de los mamertos continentales, que posee una rara habilidad de combinar la ignorancia con la majadería. Ramonet, en entrevista en el diario Portafolio (feb. 6/14) afirma que “Hugo Chávez fue un presidente brillante” y que “la libertad de prensa es total en Venezuela… y el aparato productivo del país funciona bien…”.

Vamos por partes: en relación con la afirmación de que la libertad de prensa es total en Venezuela, basta referirnos al artículo “¿Entró Venezuela ‘en período especial’?”, del periodista Óscar Marcano (El Espectador, feb. 8/14): “La mayoría de la red de comunicaciones, prensa, radio y televisión ha sido adquirida por la llamada “Boliburguesía” hecha a la sombra del gobierno y, a los pocos independientes que se mantienen sin vender, se les niega reiteradamente el cupo de divisas, como es el caso del diario El Nacional, emblemático impreso al que recientemente el Banco Central de Venezuela negó el acceso a participar en la subasta de divisas del Sistema Complementario de Administración de Divisas, con la idea firme de llevarlo a la quiebra por falta de papel.

A continuación Ramonet afirma: “Él (Chávez) decía que había que sembrar el petróleo. Había que repartir mejor la riqueza… Transformar el país para que fuera autónomo desde la agricultura y tener una soberanía alimentaria… ningún país petrolero ha conseguido resolver el problema de la renta”. No sobra aclarar dos temas: uno, Chávez lo que hacía era repetir una frase del escritor Arturo Uslar Pietri sobre la necesidad de ‘sembrar el petróleo’. Dos, Noruega, Inglaterra y Estados Unidos, tres países con enorme producción de hidrocarburos, no tienen problemas porque las rentas no se las roban los políticos.

Con 25.000 muertes violentas en 2013 y más de 45 secuestros diarios, Venezuela es posiblemente el país más violento del planeta. Por ende, afirmar, como lo hace Ramonet, que “en Venezuela nadie mata para comer ni para tener lo indispensable, porque lo tiene todo” es sencillamente la demostración más evidente de ignorancia combinada con majadería.

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