Las Farc. ¿De terroristas a guerrilleros?

Santos candidato-presidente, insiste en la demagogia de su discurso incongruente; negociar en medio del conflicto es el método, el objetivo supuesto la paz, y su misión: convertir guerrilleros en políticos. Pero todo por decreto. Insisten Santos y su camarilla en hacer creer a la opinión pública, mediante los medios de comunicación arrodillados, que aislar cuanto suceda en Colombia, del desarrollo de las conversaciones en la Habana es lo más inteligente y adecuado. Como así, Presidente ¿acaso de que están hablando allá en Cuba? Acaso, señor Santos, no debiera ser precisamente todo lo contrario?! Porque entendemos los colombianos que la pretensión es firmar la paz con alguien representado por su cúpula.

Y ese alguien, debería primero dejar de ser terrorista, para ser digno medianamente de aspirar a ser llamado subversivo o guerrillero; con el estatus político de beligerante, respetuoso de las leyes de la guerra, del derecho internacional humanitario y de mínimos derechos humanos.

Por ahí debieran de haber comenzado las Farc, por abandonar el terrorismo abyecto, y el crimen del asesino vil, para vestir con algo de pudor ideológico el camuflado del guerrillero.

¿Cuándo lo han hecho? Nunca jamás las Farc han dejado de ser lo que son. Son tan miserables que consideran el terrorismo como operación militar valida, y la cobardía del  asesinato como un método aceptable dentro de las operaciones de combate. Me refiero a asesinar civiles, poner bombas, secuestrar policías inermes  desarmados, para asesinarlos sin sonrojo, sin reato moral, y con justificaciones peregrinas. Después salen a decir que el culpable es el estado.

Pero lo peor de todo este sombrío panorama plagado de ignominia, es la actitud del gobierno de Santos y sus asesores, sus ministros, y los payasos de la mesa de conversaciones de la Habana. Piensan que siguiéndole el juego a tanta bellaquería van a lograr la paz por decreto. Y esgrimen la bandera de la paz para conquistar voluntades y votos. Como si la paz fuese tan solo un documento o un simple trofeo. Ignoran que la paz siendo un propósito nacional que todos deseamos, requiere primero de actos y hechos de parte del subversivo, que hagan conflicto armado, que ataquen cuarteles, y embosquen patrullas si pueden; pero que conquisten la voluntad de la población civil dejando de una vez de ser terroristas y asesinos.

Ese día pueden mostrar su cara ante el mundo para decir que están dispuestos a iniciar un proceso de paz verdadero. Pero el séptimo día de la creación fue el último, y durante los seis días anteriores hubo mucho trabajo; las Farc ni tan siquiera han dado el primer paso y Santos, por decreto, piensa  brincarse todo el proceso.

Colombia no esta negociando en medio del conflicto, dado que hay mucha diferencia entre conflicto armado y terrorismo; además, los miembros de la comisión negociadora no representan a la hora de la verdad a nadie; yo por lo menos, al igual que muchos, no me siento por ellos representado. Para que esto tome otro rumbo, las Farc deben dejar de ser cobardes y el gobierno debe dejar de ser tan bobo.


Epilogo: Y como sin justicia jamás habría paz, creo más factible y eficaz evitar  la reelección de Santos, que pretender cambiarle su cerebro.

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