Batalla final

La actualidad política de Colombia enfrenta hoy particularidades que nuestra generación no había vivido antes, riesgos propios de un sistema político debilitado y vulnerable –como nunca antes- no auguran buenos presagios para nuestra democracia. Sin duda los altos niveles de corrupción en el gobierno Santos han hecho que la desesperanza y el declinismo florezcan nuevamente en la sociedad colombiana. Nos enfrentamos, pues, a la que puede ser la última batalla que nuestra sociedad libra contra el abrazo del Marxismo-Leninismo en nuestro debilitado sistema.

Multiplicidad de ataques terroristas, cifras de empleo maquilladas – de otra forma no se explica por qué los autobuses en la capital siguen siendo “lugar” de trabajo de muchos colombianos- las inscripciones en Caja de Compensación y los aportes a la Seguridad Social no aumentan, lo que confirma que no son creíbles las cifras del DANE y, ataques terroristas, deserción escolar y, más ataques terroristas, niveles desconocidos de corrupción y, más ataques terroristas, la popularidad de la justicia por el suelo y, más ataques terroristas, esa es nuestra realidad hoy. Y, de no despertar del letargo, perderemos esta última batalla.

Tenemos el que puede ser, el Presidente más corrupto de la historia reciente de Colombia, la multiplicación de amigos de las FARC y ELN en medios de comunicación escritos y hablados, en las Universidades, colegios e instituciones del Estado es hoy más alta que nunca antes. Sin el menor recato los ideólogos políticos del terrorismo han tomado la vocería como acompañantes de un gobierno que llevan a Colombiaa la deriva. Gobierno y amigos del terror van de la mano en un viaje a la debacle de un país que, como ningún otro ha resistido con gallardía la lucha en defensa por su democracia.

La corrupción como nunca antes se ha vuelto un lugar común, donde converge el noventa por ciento de los partidos políticos con representación en el Congreso de la Republica, esta corrupción que hoy es incluso justificada por todos ellos y por quien les llena las manos de dinero de todos los colombianos. Esta será también la corrupción a la que deberán ajustarse los terroristas una vez el gobierno y su sequito de congresistas los lleven al estatus de “Padres de la Patria” y digo que, deberán ajustarse por que ellos también entraran a hacer parte de la tostada sobre la que se unta la mermelada económica gobiernista.

Pueblos destrozados, narcotráfico rampante, corrupción sin precedentes,niños con hambre, civiles, policías y militares mutilados por acciones terroristas, economía de declive, solo por mencionar algunos de los problemas que nos azotan, son y deben ser el punto de quiebre para no desfallecer en esta, que puede ser la batalla final de los colombianos para preservar la democracia.

Es necesario motivar a la sociedad para que acuda a las urnas a derrotar la amenaza que se cierne sobre Colombia, es ahora o nunca, son ellos o nosotros, es la democracia o la dictadura, es la libertad o la esclavitud, es la vida o la muerte de esta Colombia sufrida.

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