“Cría cuervos y te sacarán los ojos”

Con la lectura del libro “Enemigos. Santos y Uribe. ¿Por qué se odian?” (Camm Editores SAS, Bogotá, 2014, 388 páginas) escrito por Vicky Dávila y publicado la semana pasada, podemos aproximarnos a conocer las supuestas razones del serio enfrentamiento personal y distanciamiento político entre Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos para entender la actual coyuntura política nacional.

Se lee rápido por la redacción y ágil estilo periodístico con que narra los episodios, causas y consecuencias del hecho político más destacado en los últimos cuatro años en el país.

Y además de lo publicado en el libro, por el conocimiento diario de los hechos nacionales podemos decir que a Santos lo ha perjudicado la falta de una directa, oportuna y veraz comunicación con los colombianos. Y pongo solo dos ejemplos: el paro agrario y los diálogos de paz con las Farc en La Habana.

Con base en los acuerdos suscritos meses atrás con los dirigentes del paro agrario que hoy se reactiva, ¿por qué razón el presidente Santos no puede hacerlos públicos y explicar, punto por punto, cuál ha sido el cumplimiento de los compromisos mutuos adquiridos, para que los colombianos comprobemos quién dice la verdad y se expliquen las razones del atraso donde han existido dificultades?  (Ver “El justificado paro agrario” por Indalecio Dangond, en El Espectador del 25 de abril)

En los diálogos de paz el gobierno nunca ha podido revertir la situación donde es la guerrilla quien siempre va adelante del vocero gubernamental, informando el estado de las conversaciones que se iniciaron sin ninguna condición previa y considerando como iguales a las Farc.

Cuando Santos hizo aprobar en el Congreso la reforma constitucional llamada “marco jurídico para la paz”, siempre aseguró (como lo hizo en la cátedra Colombia en mayo de 2012) que dicha reforma no se aprobaba para que los cabecillas de las Farc participaran en política, sabiendo que tendría qué cambiar de opinión como ya lo ha hecho.

Al iniciar los diálogos de paz en noviembre de 2012, Santos puso como término de las conversaciones, noviembre de 2013. Ya llevan 5 meses más, solo han evacuado 2 de los 6 temas de la agenda y ya las Farc solicitaron (¿sorpresivamente?) que se cree la “comisión del esclarecimiento de la historia”, antes de debatir el tema de víctimas, para definir la “multiplicidad de actores” que han intervenido en el conflicto, incluidos el Estado, fuerzas militares y paramilitares, complicando y alargando el proceso del diálogo para perjuicio político de Santos.

Por conveniencia política, Santos urge prepararnos para el posconflicto cuando no hay siquiera acuerdos de paz concluidos y menos, firmados. Tan solo han logrado dialogar la mitad de la agenda con uno (Farc) de los dos grupos guerrilleros y con el otro (Eln), ni siquiera han definido fecha para iniciarlos, habiéndolos aceptado públicamente desde principios de 2013.

Como Uribe reconoció a La Opinión que Santos le quita el sueño y a Santos, con seguridad la guerrilla, a ambos les cabe decirles: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”.

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