De cara a las próximas elecciones presidenciales, Colombia necesita más debate programático y sobre la visión de futuro de país.

A menos de dos meses de las elecciones presidenciales, la opinión pública nacional sigue encerrada en el debate sobre la distribución del poder político en el país. Las divisiones electorales, el reacomodamiento de cacicazgos al interior de los partidos, el surgimiento de nuevos grupos de poder, y el ya manido enfrentamiento Uribe-Santos, son los temas que monopolizan la agenda.

Contrariamente a lo que ocurre, la opinión pública debería estar dando discusiones de fondo sobre el país que queremos los colombianos. Aunque los debates públicos entre los candidatos no han comenzado, las discusiones que desde ya adelantan los medios de comunicación, los ciudadanos y las propias campañas, deberían caracterizarse por los menos, por tres elementos.

Primero, deberían preocuparse por propuestas audaces, novedosas y creativas que le den nuevos aires de cambio al país. Segundo, deberían interesarse por que las propuestas estén articuladas a visiones claras de país. No se trata de propuestas aisladas; se trata de que los colombianos tengamos opciones de futuro entre las cuales elegir. Tercero, deberían ocuparse de asuntos urgentes como la lucha contra la corrupción, la planeación del posconflicto si se logra el proceso de paz, el mejoramiento de la salud, la seguridad ciudadana, el medio ambiente y el posicionamiento de la educación como una prioridad nacional.

¿Por qué el debate de cara a las presidenciales es actualmente tan superficial? La respuesta implica diversas responsabilidades, a todas las cuales subyace la incapacidad de los partidos políticos, de promover nuevos liderazgos. Algunos ejemplos son los siguientes.

En lo que a la izquierda se refiere, ésta no ha logrado consolidar una nueva apuesta de país y su agenda depende en gran medida, del éxito del proceso de paz.

Por su parte, la oposición de la derecha plantea ante todo una propuesta de persona. Las  propuestas de país que en ella se inscriben, miran al pasado y no al futuro. Asumen que Colombia no ha avanzado y son un refrito del anterior gobierno.

Por otro lado, la campaña reeleccionista del Presidente no está aún conectada con las regiones. Como al propio gobierno, a la campaña le falta más sabor regional y le sobra visión capitalina.

Con este panorama, ojalá que en los próximos días los cinco candidatos presidenciales, los medios de comunicación y los ciudadanos, logren que el debate a propósito de la elección del cargo más importante de la nación, sea un debate nutrido de propuestas.

Además, la expectativa es que este 25 de mayo los colombianos dejen a un lado la abstención, salgan a votar y lo hagan, no por la personalidad de uno u otro candidato, sino por las mejores propuestas y visiones de país para que Colombia sí avance.

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