EL ERROR DE MARÍA JIMENA DUZÁN, UNA DISCULPA QUE SEMANA LE DEBE AL PAÍS POR NO INFORMAR BIEN

Con la insensatez de la falta de memoria escribió María Jimena Duzán, en su última columna de Semana, “El error de Santos”, dándoselas de conocedora de la verdad  del país, del fuero interno del presidente y el de Óscar Iván Zuluaga, cuando afirma que la campaña de éste se basa en ‘la teoría del miedo.’ Dice: “La estrategia que echó a rodar la campaña de Óscar Iván Zuluaga dirigida a infundir el miedo entre los colombianos para hacernos creer que Santos con su proceso de paz le estaba entregando al país a las Farc, al castrochavismo, al comunismo internacional.” Para orientción de mis compatriotas, la desmiento. Semana publicó el 7 de abril de 2010: "Santos quería cogobernar con el ‘Mono Jojoy’ y hoy quiere perpetuar la guerra": Petro. Así lo denunció el candidato a la Presidencia del Polo Democrático, Gustavo Petro, en su recorrido por el departamento del Magdalena. Gustavo Petro recordó que el ex ministro de Defensa y actual aspirante del Partido de la U, hablaba de resucitar el Frente Nacional bipartidista, pero esta vez con la guerrilla, en una supuesta búsqueda de la paz. La iniciativa de Santos fue planteada en una columna suya titulada ‘Coger el toro por los cachos’ en el periódico El Tiempo del 4 de septiembre de 1998, en la que escribió: “Me permito proponerle al señor Presidente de la República desde este sagrado recinto de la democracia que, si de veras quiere la paz, lidere un nuevo Frente Nacional. Un Frente Nacional en que se pacte con todos los sectores políticos y con la guerrilla un nuevo régimen político que reconozca la realidad que hoy representa la insurrección armada”. Sobre la iniciativa de Santos, el candidato Gustavo Petro dijo que “ahora se sonroja cuando le muestran su propio escrito, porque él quiere los votos de Uribe y estos votos –se supone- son los más antifarc que hay en Colombia”. Le recordó además que él mismo le dijo a Santos cuando escribió ese documento que estaba completamente equivocado, que las reformas sociales en Colombia "no se tienen que negociar con los grupos armados primero, postergando su realización, sino que las reformas sociales se tienen que hacer desde ya independientemente de cualquier negociación". Este es entonces el testimonio escrito de Semana que MJD ignora olímpicamente.

Lo que no dijo Petro, ni citó Semana,  yo lo completo porque refleja, la estrategia para esa entrega del país que MJD niega: “Se trata de reconocer que solo con una profunda redistribución del poder político, con una recomposición constitucional y con una coalición institucional, de la que hagan parte los alzados en armas, se podrán dar las garantías necesarias y las alternativas de acción política para que se silencien los fusiles.” “Ya no se trata de ver cómo se hace más ancha la puerta para que entren los que están afuera de la casa de la democracia sino que, como siempre ha sucedido a lo largo de la historia de Colombia y en prácticamente todo acuerdo de paz, se trata es de ver dónde los vamos a alojar, cómo es que nos vamos a distribuir los cuartos de la casa. Simples remiendos a nuestro sistema político no son suficientes. Ahora lo único que sirve es la construcción de un nuevo país.” Por querer refundar la patria los de Ralito están en la cárcel.

Y si le queremos encontrar una explicación a la mermelada, no solo en relación con la reelección de Santos, sino con lo que se cuece en La Habana, aquí está: “Sin duda el poder legislativo deberá jugar un papel protagónico en la reconciliación nacional. Si maneja su participación con discreción, espíritu de colaboración y respeto por los fueros del Ejecutivo, a quien corresponde la vanguardia de las negociaciones, la contribución del Legislativo será pieza clave del proceso. No hay que olvidar que el Congreso será responsable, entre otras cosas, de la implementación legal de los acuerdos.”

Pero veamos desde cuándo viene el ‘plan de paz’ de Santos. Lo que sigue es tomado del libro Mi Confesión de Carlos Castaño, Capítulo “Días de Conspiración”:

Ese encuentro fue sibilino y me recordó las reuniones que en una época sostuve con el Grupo de los Seis. Leyva fue directo y franco, me propuso lo siguiente: “Comandante Castaño debemos comenzar zanjando odios entre la Autodefensa y la guerrilla porque si no nunca cabremos en este país. Pienso que podemos obtener tal fin por medio de una antigua relación que poseo con las FARC en mi condición de académico y que he sostenido por el bien del país. Podemos conformar un equipo donde quepamos las FARC, la Autodefensa y un grupo de colombianos con ideas importantes. El objetivo consistiría en re estructurar el Estado y pedirle al presidente que se aparte como condición para lograr la paz en Colombia;

Al segundo encuentro arribó con el actual ministro Juan Manuel Santos Calderón y su periodista Germán Santamaría, el esmeraldero Víctor Carranza, Hernán Gómez Hernández y dos personas más. Ahí se acordó que Leyva se reuniría con las FARC para que emitieran, desde el sur de Colombia, el pronunciamiento sobre lo acordado. Juan Manuel Santos Calderón aceptó ser la carta de presentación y dijo: “Esto permanecerá en privado inicialmente, luego se publicará”. La reunión se disolvió y se Convocó otra en quince días donde Leyva comentó resuelto: “Señores, la paz de Colombia la tenemos de un cacho, pero, antes que nada, déjenme decirles que yo vengo es por Ernesto Samper”.

Interrumpí de nuevo a Leyva y le dije: “Si se cae el presidente Samper ¿a quién montamos? ¿Quién lo remplazará? ¿Qué tan largo será el vacío de poder?” Leyva respondió: “El día que se publiquen los comunicados de las FARC y las Autodefensas, Juan Manuel Santos Calderón solicitará que el presidente se aparte de su cargo. Los grupos armados expresaran su voluntad de que el doctor Santos lidere el proceso de paz y adelante la Asamblea Constituyente. Eso lo colocaba casi de presidente.”

No sé por qué María Jimena Duzán llama embrujo a la falta de memoria que la aqueja o a su escasa información sobre lo que cree saber. Solamente un imbécil no se preocuparía al conocer que su presidente en alianza con las Farc, AUC y personajes de reputación dudosa participó en el complot para tumbar a uno de sus aliados actuales, Samper, con Santos de presidente virtual respaldado por la guerrilla; que posteriormente propuso un Frente Nacional con la guerrilla para cogobernar, llamando a eso ‘un nuevo país’; que Semana lo denunció por intermedio de Petro pero hoy evade esa responsabilidad periodística repitiendo MJD la estrategia nazi de la supuesta teoría del miedo, cuando los documentos confirman la realidad de la amenaza por parte de quien la encarna. Solamente un imbécil no se preocuparía al ver reproducida en La Habana la estrategia que Juan Manuel Santos planteaba en 1998 en alianza con las Farc y los paramilitares. Solamente un imbécil no se preocupa cuando ve que las ZRC, las curules, la constituyente, la impunidad, son la cuota inicial de la entrega anunciada. Si eso no es traición a la patria, o falta de sensatez de quien lo ignora ¿qué es? Y si una comentarista política soslaya esta realidad ¿qué es? Semana nos debe una excusa si quiere fungir de analista de la realidad colombiana.

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