«En el nombre del padre» y del general Humberto Uscátegui

¿Por qué en el caso del general Uscátegui la CIDH no ha sido capaz de darle respuesta a un recurso presentado por su hijo José Jaime Uscátegui desde el 2003?

La justicia colombiana cada vez demuestra –con sus bandazos de prepotencia, soberbia y sordera crónica- que sus arbitrarias decisiones pueden ir más allá de cualquier universo tirano y las "justas" correcciones, el reconocimiento de equivocaciones o errores –como siempre- brillan por su absoluta ausencia; además, las sentencias parecen un mal chiste, extracto de algún monologal libreto usado por el desaparecido Hugo Chávez en su álter ego "Aló Presidente", y asimismo, en una pesadilla absoluta se convierten las sentencias y condenas como en la historia de Gerry Conlon, quien hoy en día se ocupa de desmantelar los paquidérmicos y fraudulentos fallos que tiene la justicia en su país.

Sin embargo, en Colombia, los dudosos pronunciamientos de la "ciega justicia", son también un padrenuestro perpetuo en materia de arbitrariedades, mientras los matachines del conflicto posan con sus "ideas" perfectamente bronceadas como intelectuales incomprendidos con histriónicos y "enternecedores" discursos de "paz", arengas que sólo producen indignación y temblor de labios para la mayoría de colombianos.

A Gerry Conlon –como tal vez muchos vimos en la película, "En el nombre del padre"-, lo acusaron de pertenecer al IRA, fue condenado a cadena perpetua, pasó quince años en la cárcel y tuvo que soportar el dolor de ver morir a su padre, condenado con pruebas absolutamente falsas. Pues bien, esperemos que en nuestras latitudes la historia no sea cíclica para el hijo del general Uscátegui; pero si nuestra permisiva pasividad permite que la aderezada "justicia" siga siendo un medio para pagar favores y sepultar verdades absolutas, entonces este también puede llegar a ser un lamentable final, como resultado de la arrogancia y desmedida prepotencia que hoy personifica a las Altas Cortes en Colombia.

El 13 de noviembre de 2013, EL TIEMPO publicó "La certificación que beneficia al general Uscátegui por caso Mapiripán". En dicho artículo se mencionaba "una certificación firmada por Juan Manuel Santos cuando era ministro de Defensa", la cual se convierte en un argumento irrefutable cuyas pruebas dejaban muy claro que el Batallón París no dependía de Uscátegui y que –además- el general "no tenía responsabilidad o mando operacional en las tropas de Mapiripán". Asimismo queda demostrado que el general Rito Alejo del Río, quien comandaba la zona desde donde salieron los 'paras" y que fue mencionado por Salvatore Mancuso como "ficha clave en el plan", no ha sido vinculado a la investigación.

En el 2007 un juez especializado declaró inocente al general Uscátegui por los cargos de homicidio que le imputaban; el 25 de noviembre de 2011 el desmedido papel protagónico del Tribunal Superior de Bogotá revocó la decisión e impuso una condena de 40 años y, para rematar la espiral de insensateces e injurias, la Corte Interamericana condenó al Estado colombiano y ordenó el pago a veinte familias, y –al igual que la falsa historia que le dio el Nobel de la paz a la guatemalteca Menchú-, tiempo después se demostraría que eran falsas víctimas y la Corte Interamericana intentó tapar con silencio y días su irreparable error. No obstante, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos fue muy oportunista en el caso Petro para volver a vociferar la "inmaculada justicia que ellos tanto pregonan".

Lo supe una semana antes: si Petro era destituido la respuesta sería inmediata. ¡Así de indecoroso fue! Por fortuna el Presidente Santos percibió lo que se le venía pierna arriba de haber acatado tan "salomónica y transparente decisión de la CIDH". Pero… ¡¿Por qué en el caso del general Uscáteguí la CIDH no ha sido capaz de darle respuesta a un recurso presentado por su hijo José Jaime Uscátegui desde el 2003?! ¡¿Por qué semejantes moles de afonías como respuestas para alguien con todos los argumentos y verdades a favor de su padre?! Tener que soportan tanta injusticia conllevó a que José Jaime Uscátegui se declarara en huelga de hambre frente a la OEA, vigilia que terminó por llevarlo al hospital.

El Colectivo de Abogados Alvear Restrepo tiene que dejar de sumarle "víctimas" a los procesos con personas que aún comen, respiran y duermen simplemente para lucrarse. Ustedes montan su pantomima de indignación ungiendo de "víctimas" a quienes no lo son para que intervengan tribunales que no saben nada de justicia, pero que sí tienen muy presente la "versión", ¡la de ustedes!

P.S.: José Jaime Uscátegui, no le conozco, pero permítame un consejo por su lucha "en nombre de su padre": su progenitor lo necesita con vida y con fuerzas, continúe ajusticiando silencios, porque como dijo el líder de la resistencia griega Alekos Panagulis: "las torturas se sufren, la muerte se afronta, ¡pero el silencio no!" Ninguna injusticia merece el hambre de un hombre tan decidido como usted.

@andrescandla

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